sábado, 16 de junio de 2007

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.4]


Una hora más tarde, Integra y Mouse atravesaban las puertas del hogar.

-En casa otra vez, en casa otra vez, cantando y bailando , en casa otra vez.-Siseó Mouse, mientras colgaba en el perchero el abrigo de Integra.

-Mouse, iré a la sala de entrenamiento.-Dijo Integra, dirigiéndose hacia los pasillos más oscuros.

-Por supuesto que sí...-Inquirió Mouse, sabiendo que jugaría con su nueva adquisición.-¿No quiere dormir un poco primero? Ha sido un largo día...

-Dormiré por la mañana.-Sentenció Integra.

-Bienvenida a casa, Ama.-Saludó Alucard.

Integra lo buscó. Estaba sentado en las escaleras del pasillo principal, esperándola. Se puso en pie para saludarla.

-¿Disfrutó su fiesta?-Preguntó astutamente.

-Lo hice.-Sonrió Integra, débilmente, recordando cada momento del MOMENTO.-Ah, por cierto, gracias por tu obsequio.

-Existo para complacerle, Ama. -Dijo inclinándose , como un príncipe.

Integra levantó una ceja. Había algo en él.

-Siento que debemos hablar sobre la inscripción, sin embargo.-Dijo con firmeza.-¿Cómo logró que la hicieran?-Preguntó, con curiosidad.

Alucard sonrió.

-Mouse, ve a jugar.-Le ordenó.-Por atrás, al último pasadizo.

Mouse le dijo entre dientes, riendo:

-No haga nada que yo no haría.

Integra vio cómo se transformaba y volvía a tener puesta su ropa de las calles, antes de desaparecer.

Alucard sonrió.

-¿Confía en mí?-Preguntó.

-No.-Contestó Integra, con una mueca sospechosa.

-De todos modos, cierre los ojos.

Integra lo hizo. Alucard tomó sus manos y la condujo ciegas. Podía sentir el frío de la noche en la piel. Con los ojos cerrados, intentaba compensarse con sus otros sentidos. Pudo oír alguna música, enigmática. Olía pan fresco, cocido en horno. Podía hasta probar la carne, haciéndosele agua la boca. Sentía las manos de Alucard sobre ella.

¿Dónde...?

De repente, Alucard se detuvo.

La curiosidad de Integra era tan fuerte que podía percibir que Alucard entraba tras ella. Sentía sus manos entre las suyas.

-Bien, abre los ojos.

-Oh, por Dios.-Pronunció Integra.

-Bienvenida al País de Las Maravillas, Alicia.

Los ojos de Integra se abrieron de par en par, con temor. Todo el Jardín parecía La Casa de Té del Sombrero Loco. Luces navideñas y la mesa preparada para cenar de a dos. Integra sonrió y sacudió la cabeza.

Meseros disfrazados de fichas, blancas y rojas, les sirvieron y se fueron. Integra miró y levantó una ceja.

-Algunos hombres hacen realidad cualquier sueño femenino. Y tú también haces realidad también las pesadillas.

Alucard rió entre dientes. La conocía bien. No era como cualquier otra mujer, no tanto al menos. La escoltó e hizo que tomara asiento.

-Sopa de tomate para usted, O positivo para mí.-Dijo, sosteniendo su copa , brindando.-Feliz cumpleaños, Integra Hellsing.

Alucard e Integra se complacieron con la cena y el baile. Alucard sonrió por dentro. Integra era agraciada, hermosa y voluntariosa. Todo compañera debe serlo , pero ella había rechazado su oferta varias veces. Todavía se aferraba a su existencia mortal. Gruñó.

-¿Quiere jugar?-Preguntó.

-¿Qué clase de juego?-Se defendió Integra.

Su padre siempre dijo que los vampiros eran enemigos muy astutos. Además de disparar¿Qué otra cosa sabía hacer Alucard?

-Un juego de todo o nada.-Desafió.

Alucard la escoltó hasta la parte más profunda del jardín, a un campo de azulejos blancos y negros. Al borde había piezas de ajedrez. Los jugadores negros eran zombis, vampiros, hombres lobo. Los blancos eran soldados de Hellsing. Cada uno era de al menos seis pies de alto y los disfraces eran de metal.

-¿Juguetes de Mouse?-Preguntó Integra, examinando una de las piezas de su Organización.

-Ya sabe que Mouse adora jugar.-Sonrió Alucard.

-Vamos , Alucard. Mueve una.-Demandó Integra, impaciente.

-Estoy pensando.-Dijo Alucard, mirando el tablero fijamente.

-Piensa rápido. Podría morirme y entrar en descomposición mientras espero que tú muevas.-Lo interrumpió Integra.

-Puedo remediar eso.-Dijo Alucard, mirando el tablero, aunque inmóvil.-Todo lo que debe hacer es decirme que "Sí". Entonces, podríamos jugar hasta el fin de los tiempos.

-No cambies el tema, sólo mueve.

Alucard sonrió mientras acercaba un peón a la Reina. Integra estudió el tablero. Alucard era un vampiro orgulloso y odiaba perder. Sin embargo, también tenía una pista¿Podría distraerlo con la Reina? Eso deseaba. Integra sonrió por dentro, manteniendo su cara seria como una jugadora de póker. Movió.

-¿Sacrificando la Reina¿Eso es algo "sabio"?-Preguntó Alucard.

-Mientras tome tu Rey, su sacrificio no será en vano.

-No sea tan imprudente, Ama. -Dijo Alucard , mientras tomaba su Reina.-Es mía, ahora.

-En lo que concierne a la vida de mis hombres , es un golpe. Sin embargo , como he dicho antes, mientras pueda tomar su Rey... ¡Jaque!-Emitió Integra sentándose otra vez y esperando el siguiente movimiento. Alucard miró de nuevo el tablero. Tenía su Reina , pero un nuevo peón amenazaba al Rey. Podría esquivarlo , pero entonces su caballo se encargaría de tomarlo. Alucard sonrió , mostrando sus colmillos.

-Lista, muy lista.

Alucard estudió la situación. Ser atrapado, dos veces, por un Hellsing , era un gran soplo a su ego. Pero a diferencia de la última vez, escaparía de su trampa.

-Ríndete, Alucard. ¡Te tengo!

-No. Aún no he muerto.

-¡Sí, lo hiciste hace al menos 500 años! Ahora, ríndete a mí.-Exigió ella.

-¡No!

Integra saltó de su silla , caminó por el tablero de juego , tomó la espada de uno de sus caballos y fue hacia el Rey de Alucard.

-Mejor será que me detengas...-Retó con una mueca diabólica.-¡Porque iré a buscarte!

Alucard sonrió y aceptó el desafío. Primero envió a los zombies (peones). Uno por uno, Integra los decapitó y destrozó. Los miembros se desperdigaron por el tablero. Se empeñó en vencer a todos. Alucard mandó caballeros y alfiles para detenerla. Luchó con más dificultad. Dos contra uno. Injusto, sí, pero estaba probándola. Sin embargo , Integra no se detendría tan fácilmente. Sin fuerza para batir a ambos , su astucia consiguió el triunfo. Avanzó por sobre las dos piezas.

-Maravilloso, simplemente maravilloso.-Gruñó Alucard.

Caballos, alfiles, peones y torres, todos eran devastados. Las piezas volaban destazadas por el tablero , como en un campo de guerra.

-Ya sabes que Mouse no estará feliz de que rompas sus juguetes-Bromeó Alucard.

Envió a la Reina contra Integra. Ella paró al ver el rostro de Mouse. Recordó su promesa y vaciló. Error que casi le cuesta esa batalla. Mouse llevó la espada a la frente de Integra.

Integra tenía reflejos verdaderamente rápidos. Más fortaleza física que conciencia de la misma. Bloqueó los ataques de Mouse. Observó a Alucard. El bastardo se reía de ella.

Contaba con que no pudiera luchar contra Mouse. No después de lo sucedido ocho meses atrás. Eso no era Mouse. Apenas otro juguete.

-No me detendrás...-Dijo Integra, intentando avanzar con decisión en los ojos.

-¡No puedo dejarla matar a mi padre!-Dijo Mouse, el juguete.

Alucard intentaba jugar con su mente.

Rió con placer ante la emoción en la lucha de Integra. Su sangre rabiaba porque había destruido casi todas las piezas hasta ese momento. Tanta diversión...

Desafortunadamente , la Mouse de juguete no se comparaba a la verdadera Mouse. Integra la derrotó enseguida. Alucard frunció el ceño: Su Rey estaba en peligro. Él estaba en peligro. Desapareció de su asiento y se apareció ante Integra, que se disponía a matar al Rey. Se detuvo, la espada prácticamente en la garganta de Alucard. Sonrió.

-¡Ríndete!-Ordenó ella.

-No. Puedo unirme a usted.-La contradijo.

-Nunca.

Alucard asió su muñeca y la obligó a girar hacia él. La sostuvo y apretó contra su cuerpo, mientras su espada le tocaba la garganta. La atraía más a medida que luchaba por liberarse.

-Déjame , Alucard.

-Ríndase, diga que "sí" a mi oferta. Piense en lo que haríamos. En lo que haría nuestro hijo.-Susurró en su oído.

Ella dejó de luchar.

-¿Nuestro hijo?

-El último hijo que tuve fue Mouse. Es una guerrera y un líder en la guerra. Mire sus juguetes, su clan y a sus leales compañeros. Es la Reina de su gente.-Dijo Alucard.

Integra pensó en Mouse. Ella y sus sirvientes funcionaban en Inglaterra, tanto financiera como físicamente, eran una Mafia organizada. No había nada que Mouse no pudiera descubrir, comprar u obligar a suceder. Si Mouse quisiera , Integra no dudaría ni por un segundo, podría tomar Inglaterra.

-Su hijo manda sobre Inglaterra. Pero nuestro hijo podría gobernar el Mundo.-Habló Integra, como si pudiera verlo ocurrir realmente.

-Él o ella gobernaría y gobernaría bien. Nada podría detenerlo.-Dijo él.

De repente, Integra tuvo una visión del niño vampiro que podrían crear. Con un ejército tras él, contra Inglaterra. Tomaría el país. Gobernaría con mano de hierro, como Alucard en Rumania. Todos los crímenes importantes serían castigados con la muerte. Los menos importantes con azotes públicos. Si no se trabaja, no se come. Inglaterra prosperaría y crecería bajo sus reglas. Pero su gente viviría sin miedo. Los que se rebelaran, pagarían no sólo con sus vidas, sino con la de sus familias. No habría vampiros, ni hombres lobo, ni una sola criatura de la noche, pero tampoco alegría , amor ni esperanza. No habría un futuro. Y su hijo no estaría satisfecho con poseer Inglaterra. Vería hacia toda Europa y Asia, como otros antes que él. Como Genghis Khan y el Gran Alexander , su hijo gobernaría todo el mundo conocido. Integra rompió su abrazo con Alucard.

-No, no puedo. No seré su Reina.-Dijo Integra.

-¿Por qué¿Por qué se aferra a su humanidad? El sacrificio tiene su recompensa. Le ofrezco luchar por usted y usted lucha contra mi oferta. Le ofrecen casarse y eligen a su esposo. ¡Toman todo sin ofrecerle nada!¡Y todavía me rechaza! Tan sólo quiero evitar que le hieran otra vez.-Gruñó Alucard, encolerizado.

-¡No se trata de ti!-Gritó Integra.-Es sobre mi. Pienso mucho en tu oferta, en especial durante estos últimos , largos y duros años. Pero no puedo abandonar mi fé, ni la memoria de mi padre. Fui criada como una Hellsing. Heredé ese deber. Ahora debo cumplirlo. Como heredera de la luz, no puedo cruzar el límite de este mundo. Debo cumplir con mi deber, a mi Dios y a mi país.

-¡Usted y su maldita sensibilidad¡Se oculta detrás de su familia y su deber porque es más fácil que enfrentarlos!-Gritó él.

-Enfrentar¿Qué?-Preguntó suavemente , sabiendo que había poco sobre ella que él no conociera.

-Sus propios deseos.-Dijo él.

Integra dio un paso atrás y se dio vuelta. No deseaba hacerle frente. No quería que tuviera razón.

-Por una vez en su vida, admítalo. ¿Qué desea?-Preguntó.

Alucard esperó treinta minutos hasta que Integra habló de nuevo.

-Mañana me comprometeré con James Wellington. Pero esta noche , puedo elegir libremente al hombre que yo desee.

-¿Y qué desea?-Presionó Alucard.

-Sé lo que deseas porque es lo mismo que yo deseo. Te dí mi sangre, ahora te ofrezco mi cuerpo. Pero no mi vida.-Contestó Integra.

Alucard levantó una ceja. ¿Era en serio?

-Es en serio. ¿Aceptarás mis términos de entrega?

-No.-Dijo Alucard, doblando sus brazos.-Lo hace por rencor. ¡Por la mañana estará arrepentida!

-No lo hago y no lo haré.-Dijo Integra, manteniéndose fuerte.-Me preguntaste, tuve que admitirlo y fui sincera. Preguntaste qué deseaba y te lo dije. ¿Lo harías por mí?

La luna se apareció, detrás de las nubes y brilló sobre ella. Él la tomó en sus brazos, levantó su barbilla y la miró a los ojos. Cualquiera podía ahogarse en ellos. Siempre lo supo, respetando la fuerza de su carácter , pero una nueva admiración lo llenaba. De hecho, se entregó a ella.

-Sí.-Contestó.

Alucard levantó su barbilla , la miró a los ojos y la besó. Sus labios eran como cubos de hielo. El escozor del frío tan sólo encendió su deseo, al que ella había obedecido. Devolvió el beso, demandó sus labios, como tratando de robarle fuerza. Se sentó , frente a la mesa, de modo que ella lo montara a horcajadas. Integra enredó su mano derecha en el negro cabello para besarlo. Las manos de Alucard fueron a su espalda y desabrocharon su vestido. Lo bajó desde los hombros. Integra miraba los ojos de Alucard. Eran rojos , como rubíes , como la sangre, poseedores de un lustre fantasmal, inusual. Todo en él era oscuro y misterioso. Quizás por eso se parecían tanto. Él era una aventura prohibida y ella no podía esperar para explorarlo. Alucard movió el cabello rubio hasta sus hombros y le expuso el cuello, fuerte y bien proporcionado. Podía ver la sangre atravesando sus venas. ¡Ah, beber de su cuello otra vez! Integra nunca sabría cuánto placer le había otorgado permitiendo que se alimentara de ella. Pero esa noche, esperaba compensarle esos dobleces en su relación.

Alucard pasó la lengua por su cuello, hasta el borde de su hombro, una y otra vez. Integra gimió ante su tacto. Continuó bajando por su espina. Las profundas cicatrices se habían curado con los años, pero todavía hablaban por sus prácticas de combate. Se arqueó hacia él y dejó la cabeza en su hombro, para que frotara suavemente cada herida.

Alucard acarició su piel. La sostuvo firmemente con su mano izquierda mientras deslizaba suavemente el dedo índice derecho por sus viejas heridas. Memorias , muchos recuerdos en cada una.

Tiene las manos fuertes. Pensó Integra.

Su piel tomaba toda la atención de Alucard. Ella se inclinó hacia atrás , dejándolo trabajar. Él tuvo mucho cuidado con sus colmillos y no dejó que la tocaran. Sensaciones de lujuria y deseo, muchas inactivas y olvidadas , rozaron la superficie como lava hirviendo desde el centro de la tierra. Integra gimió con alegría y pasión cada vez que su lengua la tocó.

Integra se incorporó y vio a Alucard , sus ojos intensos y su traviesa sonrisa. Cesó sus labios y le sacó la capa. Alucard miró cómo Integra lo desvestía .

Le quitó el lazo y el chaleco. Alucard levantó su barbilla y la besó. Integra sonrió y deshizo un botón de la camisa de su vestido blanco. Este juego , de un beso por botón, continuó hasta que su camisa estuvo en el piso, junto a la capa y el chaleco. Resumieron besarse, frotarse ligeramente y explorarse uno al otro.

Desemejante de su piel, la de Alucard era suave y lisa al tacto. Una de las ventajas de ser un vampiro era la capacidad de regenerarse. Aunque él también había peleado muchas, muchas batallas, no tenía ni una cicatriz. Su piel no mostraba signos de saber lo que era una guerra. Integra volvió por sus hombros , bajo su pecho y alrededor de su cintura. Su bien definido cuerpo estaba fresco al tacto. Ella podía oír los suspiros de deseo, cuando lo acariciaba. Integra se acercó a Alucard, dejando que sus cuerpos se tocaran. Jadeó por la diferencia de temperatura entre ambos. Alucard pudo sentir el golpeteo del corazón de Integra , como si fuera el suyo , cada vez más y más rápido. Podía sentir su sangre, acometiendo a través de sus venas. Esto revolvió algo dentro de él, algo que dormía desde hacía más de 300 años. Su lujuria por la sangre comenzaba a re surgir, a despertar.

-¿Desea continuar?-Susurró seductoramente en su oído.

-Oh, sí.-Contestó ella.

-Entonces , pienso que debemos movernos a su dormitorio.

Alucard la tomó en brazos y desapareció.

De repente , la piel de Alucard empezó a quemarse. Él miró hacia la ventana y gimió con molestia. El sol se había levantado e intentaba destruir todo lo que él había hecho. Alucard fue hasta la ventana , protegiéndose en las sombras, y las corrió.

-No, hoy no. Hoy me conducirá a tu lado.

"Everything you are. Everything you'll be. Touches the current of love, So deep in me. Every sigh in the night. Every tear that you cry. Seduces me. All that I am and All that I'll be; Means nothing at all, If you can't be with me. Your most innocent kiss. Or your sweetest caress,

Seduces me. I don't care about tomorrow. I've given up on yesterday. Here and now is all that matters. Right here with you is where I'll stay. Everything in this world. Every voice in the night. Every little thing of beauty, Comes shining thru in your eyes. And all that is you becomes part of me too, 'Cause all you do seduces me. And if I should die tomorrow, I'd go down with a smile on my face. I thank God I've ever known you, I fall down on my knees, For all the love we've made.

Every sigh in the night. Every tear that you cry. Seduces me seduces me. All that you do , .. Seduces me."

Integra no dijo nada porque estaba totalmente desviada. Alucard sonrió por Integra, totalmente exhausta de éxtasis. La dichosa sonrisa en su cara , era una recompensa. Ella era una mujer fuerte. Había sobrevivido su lujuria por la sangre. Besó sus labios suavemente , mientras ella dormía.

Ahora protegido del sol, Alucard volvió al lado de Integra. Resbaló dentro de su cama y la tomó por encima de sus brazos. La sostuvo cerca suyo. Sintió su cuerpo excesivamente caliente para él. Había sido tan frío, durante tanto tiempo. No sabía por qué no había dicho antes lo que tenía que decir para que fuera real.

-Te amo, Integra Hellsing. Y prometo que nunca te traicionaré.

Placenteramente cansado y agotado en definitiva , Alucard dejó que el sueño lo reclamara.

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