martes, 19 de junio de 2007

[FanFic]-[El Destino, Detenido Por Un Amor Prohibido]


El Destino, Detenido Por Un Amor Prohibido

Después de terminar la misión del día, Alucard regreso donde Integra, quien yacía recostada sobre una camilla, con sus ojos cerrados, una mascarilla que le suministraba oxigeno y varios cables sujetos a su cuerpo, este se posa a un lado de esta, pasando su mano enguantada por el rostro inconciente de integra…

Alucard – Ama, yo se que usted es muy fuerte…y lograra superar esto…

Mientras Alucard le decía estas bellas palabras en susurro a Integra, el observa que iban entrando los médicos de hellsing, al notar esto, se aleja de ella, y se recarga a un lado de la puerta, de brazos cruzados, observándola con su vista perdida en su ama, quien ahora libraba una batalla entre la vida o la muerte.

¡De pronto!...

Los signos vitales de Integra decaen brutalmente, la reacción inmediata de los médicos que la atendían no se hizo esperar, pues sabían que la perdían

Alucard, permanecía quieto, observando todos y cada uno de los intentos de los médicos, por salvarle, pero todos esos intentos, eran en vano, ella no respondía….

Alucard – ¿Que significa esto?...para estos momentos ella ya debería haber despertado…esto no es bueno…Ama…aun no es el momento…Aun no puede dejarme…

En Alucard, la desesperación y la preocupación, comenzaron a denotarse en su forma de mirar a integra…al ver como los intentos de los medicos por salvarle eran totalmente inútiles, el intento repetidas veces entrar en su mente, comunicarse con ella, hasta que pudo acceder a su mente, logro verla, ahí, parada en medio de una oscuridad total, después, en un as de luz, esta comenzara a elevarse, en un camino hacia un destello de luz blanca…

¡De repente!...

Alucard, es expulsado de golpe de la mente de integra, ¿Era la muerte?...Alucard sabia a la perfeccion, que no podria interferir en el destino que le aguardaba a Integra, las cartas estaban ya puestas.

Alucard, fue invadido por la pena, la desesperación, y el dolor de saber que podría perder a Integra…pero…había otra opción…ella podría ser salvada…a cambio de su humanidad, a cambio de que entregase su sangre a Alucard, pero, el ya sabia de antemano que ella se negaría rotundamente, a convertirse en aquello que detesta con toda su alma.

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Ella, de pronto abrió los ojos, se encontraba completamente sola, en un lugar lúgubre y oscuro, que parecía ser un túnel, en el cual, al final del camino le esperaba una luz, blanca, calida, apacible…ella rápido intento alejarse, pero, de pronto, como proviniendo de la luz, se oyeron dos voces, una masculina y la otra femenina…le eran conocidas, si, no eran nadie, sino sus padres, llamándola.

“No temas, nuestra hermosa Integra…ya pronto hallaras paz eterna…acércate…ven…ven aquí nuestra dulce niña…”

Integra – Padre…Madre… ¡Espérenme!

Ella dice estas palabras, en un tono de sollozo, triste, pero a la vez alegre, de poder al fin volver a encontrarse con sus padres….

Antes que ella pudiese dar el primer paso hacia la luz…un gran circulo se abre bajo sus pies, a través de este se podía ver la habitación donde yacía su cuerpo inmóvil, recostado sobre una camilla, con los médicos a los lados, tratando de salvarle, y a Alucard, recargado a un lado de la puerta de la habitación, sin su sombrero ni sus lentes, su rostro expresaba miedo y preocupación, a simple vista, se notaba que este estaba dispuesto a desobedecer las ordenes que Integra le dio, de jamás morderla, ni siquiera en el peor de los casos…mas…esto a ella no le importo, ya no quedaba de otra, da el segundo paso hacia la luz y antes de poder dar el tercero, una voz le detiene…

- ¿Estas totalmente segura de hacer esto?-
Integra – Así es…este es mi destino, mi vida acaba aquí…
- ¿En verdad crees en las palabras que tu boca dice?-

Integra - ¡Por supuesto!..¿Porque no habría de estarlo?

-Por qué…tu destino no es acabar míseramente aquí…ademas…tu destino no esta escrito…

Tu puedes decidir que hacer con el…si acabas aquí…o luchas por seguir convida…-
Integra - …¿Por qué me detienes?...¿Porque me cuestionas?...
-Porque…-

Antes de terminar su frase, de la luz sale un anima sin rostro, de momento, pero, al estar frente a Integra, toma su forma original, la forma con la cual murió, ese anima blanco sin rostro, se transforma en su padre, quien le sonreía dulcemente…

-Porque soy tu padre…y no puedo permitirle a mi hija que termine así…-
Integra – P…Padre…

Al ver de nuevo a su padre, después de tanto, se acerca a el, lo abraza con fuerza, casi como una niña, abrazando a su padre después de un largo viaje…

Integra – ¡Padre!...Padre…ha pasado tanto tiempo…
-Así es mi hija…mi Integra…-

Después de estar abrazado un par de minutos, se separan y su padre, iluminado por la misma luz blanca, le dice…

-Hija…no quiero que acabes así…-

Integra – Pero…Padre…tu…
-Yo…yo ya eh vivido, y ya estoy gozando en el paraíso, pero, hija, ese no es tu caso…aun no has vivido, y eso es porque no te lo has permitido…-

Integra – Padre…pero, el trabajo, la organización, tengo mucho por hacer como para dedicarme tiempo…
-Hija…no todo en la vida es trabajo…debes darte tiempo, por ahora, este no es tu momento, aun no debes llegar…vuelve al lado del hombre que amas y que te ama…-
Integra – ¿De que habla padre?...
-De…Alucard, mi pequeña despistada…-

Integra- Padre, no puedo ni debo quererlo…el es solo un sirviente vampiro…
-Integra…-

Al decir el nombre de su hija, acaricia su mejilla con su mano resplandeciente…

-Mi niña, lo amas…y no creas que me decepcionas a mi o a tu madre al quererle…-

Integra, al oír estas palabras, alza su mano, y toma con esta la de su padre, con su mirar cristalino…Mientras este, solo sonreía mientras comenzaba a alejarse…

Integra - ¡No!..¡Padre!..

-Se feliz hija mia…se feliz junto a el…vive y se feliz…-
Integra - ¡Padre!...No me dejes…
-No te dejare mi niña…yo y tu madre, siempre estaremos observándote desde el cielo…viéndote viviendo feliz…toma esta segunda oportunidad…y cambia tu estilo de vida…-
Integra – …

Integra, solo observaba como su padre desaparecía acercándose a aquella luz, donde se podia distinguir a su madre, sonriente, esperando a su marido…

-Le dire a tu madre que la amas…-

Integra, no puede mas, y rompe en llanto, con su mano hace un gesto de despedida mientras su rostro era cubierto con hilos delicados de lagrimas cristalinas les dice…

Integra - ¡Los amo, Padre, Madre, Pronto los veré de nuevo!...

Al oir estas palabras provenientes de su hija, ambos al estar ya juntos sonríen y en un as de luz, todo desaparece e integra despierta con Alucard a un lado suyo…

Alucard – Bienvenida…mi ama…

Integra, le responde en voz debil.

Integra – Alucard?...

Alucard – El mismo…que bueno tenerla de vuelta ama…

Al verle, Integra sonrie ligeramente por primera vez, y se desmaya de golpe.

Alucard – Jm…como lo esperaba de usted ama…nunca se rinde…su voluntad es inhumana…

Al decirle esto, Alucard se queda ahí, a su lado, contemplándola, esperando que se recuperara del todo, tomándola ligeramente de la mano…

Al no encontrarse nadie, Alucard se acerca lentamente a Integra, y en una señal de cariño le besa la mejilla con sus helados labios, mienta le acaricia su cabello dorado, después de unos minutos de acariciarla, se aleja de ella, le sonríe y desaparece entre las tinieblas…

A los pocos minutos que este se retira, Integra abre los ojos, y sonríe traviesa, como si hubiera triunfado en algo…y vuelve a cerrar sus ojos para descanzar.

FIN

Nombre de Autor – Neko Integra Anime Original – Kotha Hirano

domingo, 17 de junio de 2007

[Bocetos]


;) jeje para que aprendas a dibujar a esta diosa del anime ^^ :


[Secreenshots de la OVA III]



Secreenshots de la OVA III:


[Secreenshots de la OVA II]



Secreenshots de la OVA II:

[Secreenshots de la OVA I]



Secreenshots de la OVA I:



[Secreenshots del ANIME]



Secreenshots del ANIME:


[Links]


Links sobre las OVAS de Hellsing:

http://hellsing.pioneeranimation.com/
http://www.geneon-ent.co.jp/rondorobe/anime/hellsing/
http://mysite.verizon.net/respsqwo/crossroad/index.html

Links de paguinas dedicadas a Integra (o con info de ella):

http://www.witch-hunter.net/integral/
http://www.cemzoo.com/wiki/Hellsing_Integra
http://www.advfilms.co.uk/titles/hellsing/operatives/integra.php
http://www.absoluteanime.com/hellsing/integra.htm
http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewprofile&friendID=185002893
http://www.anime-wiki.org/index.php/Integra_Hellsing

[-Entra-]

HOLA!

Eres fanatica de esta super mujer?, buscas sitios que o, estan en ingles o traen muy poco sobre esta maravilloza lider?, pues eso acabo, este blog esta dedicado unica y exclusivamente a Integra Fairbrook Wingates Hellsing, en verdad espero que les agrade, intentare actualizarlo muy seguido, ya ven, las clases, las salidas XD jeje, bueno aparte de encontrar toda la historia de esta super mujer, podran saber algo sobre la trama de la historia del anime, tambien les dejare links de paguinas de las ovas, secreenshots, etc, uno que otro flog tmbn XD, jeje bueno, con esto concluyo esa entrada, ^^ pasensela xidu x3.

Att. Neko Integra

sábado, 16 de junio de 2007

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.8]


Mouse terminó de alimentar de James. Sacó su lengua de cuello de él. Se incorporó, los brazos extendidos y rugió de euforia, relamiéndose con su gusto.

¡Arrghh! Tan dulce y tan delicioso. Dijo.

James todavía estaba de rodillas. Miró a Mouse. La joven vampiro acababa de beber de su sangre. Él debería haberle temido. El debería haber intentado escapar, huir o algo. Incluso debió tratar de darle muerte, no sólo quedarse arrodillado ahí observándola. Era tan fuerte. Él podía sentir su fuerza vital emanando de ella. Sus colmillos todavia goteaban con su sangre. Sus ojos rojos brillaban con excitación. Su voz helaba sus huesos y aun no sentía que le temía. Impulsivamente, se dio cuenta de una dolorosa urgencia en su entrepierna. Rápidamente bajo la vista avergonzado.

La deseas¿O no¡Tiene solo dieciseis! Deberías avergonzarte.¿ Que hay de Integra? Se supone que eres su prometido. Le recordó su superego.

¡Hola¡Ella acaba de beber tu sangre¡Es una vampira y mas vieja de lo que tú nunca serás!¿Acaso no dijo que tenia 402 años¡Está más que pasada la edad del consentimiento! Si pasa algo, será la que irá presa, por abuso de un menor. Además: Integra no te quiere. Insistió su Yo.

No es así, mas bien me parece que yo tengo cuarenta y ella dieciseis. Reiteró su Superego.

¿Que hay sobre lo que le mostraras al público? todos piensan que viniste aquí por Integra. Vamos, sabes que la deseamos. ¡La necesitamos! Rugió su Yo.

Mouse miró a James, su cabeza estaba baja y su mente luchaba. Se preguntó qué estaría pensando. Quizás estaba preocupado porque ella había bebido su sangre. Ella observo en su mente y vio que él estaba discutiendo consigo mismo, pero de ella.

Ella sonrió, sabia que él la deseaba. Inhaló el aire que lo rodeaba. Su deseo era intenso, eso encendió el aire a su alrededor.

De repente, él habló.

-Mouse, yo...

Mouse se arrodilló frente a él, levantó su barbilla, y lo miro a los ojos.

-Yo...Deseo...

-¿No puedes ordenar tu mente? Permíteme ayudarte.

Mouse se paró, le agarró del pelo, y lo jaló hacia ella. No le dijo nada mientras reclamó sus labios. James podía saborear su sangre, todavía en los labios de ella. Él podía sentir su lengua, explorando su boca. El beso entre ellos era tan profundo que el deseo de James tomo posesión.

Como el cuerpo de Mouse usualmente estaba frío, ella sintió que estaba ardiendo. Había pasado más de 200 años desde su cita secreta con Donner. Donner fue un sacerdote de la Sección XIII del Vaticano. Había sido enviado a Inglaterra para matar a Mouse. Pero de alguna forma, terminaron juntos en la cama. Todo lo que Mouse podía recordar era música, bebidas, y muchos gritos y discusiones. Y luego se levantó, completamente desnuda, con un sacerdote igualmente desnudo a su lado. Después de eso, ella y Donner pasaron dos semanas juntos antes de que el Vaticano demandara que éste volviera. Desde ese día, permanecieron como mejores amigos hasta que él murió.

James se desplomo en el sofá en una posición sentada y Mouse lo montó a horcajadas. Su beso terminó y él fijo su mirada en los ojos rojo zafiro de ella.

-Uhg, sí.-Gimió.-Eso se siente bien.

-Si eso se siente bien, hazme saber como te sentirás mañana-Mouse, sonriendo, y dándole otro beso.

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.7]

Integra estaba sentada frente a su escritorio, inclinada sobre unos cuantos papeles. Determinada a seguir con toda la carga de trabajo acumulado.

No iba a darles siquiera una razón para creer que había perdido el control sobre Alucard.

Después de todo, nada había cambiado con respecto a su trabajo.

Los monstruos aún necesitaban ser exterminados.

Alucard aún estaba haciendo su trabajo.

El papeleo aún necesitaba ser despachado.

Lo único diferente ahora era su vida “social”.

Integra bajó su pluma y pensó en los acontecimientos transcurridos esta semana.

Su cumpleaños, todo había comenzado esa noche.

Tenía ahora, treinta y ocho años de edad.

“Dios mío, pronto tendré cuarenta.”

Después de asistir a su fiesta de cumpleaños, y de descartar a los hijos de los Caballeros como potenciales esposos; había pasado la noche con Alucard.

Desde entonces, él se había vuelto muy posesivo con ella.

La había reclamado como suya frente a la Reina y todos los Caballeros.

Desde eso, habían hecho el amor dos veces. La primera, él se atrevió a violarla.

La segunda, dos días después, fue en la ducha. Acababa de despertar por la mañana e intentaba tomar un baño.

Simplemente se apareció ahí, tomó el jabón y comenzó a enjabonarla, desde los hombros a los tobillos.

Integra recordó esto con cariño. Sus grandes manos desparramaban la espuma en pequeños círculos por todo su cuerpo.

Todo el tiempo susurrando en su oído acerca de cómo le pertenecía desde siempre y para siempre. La acarició, la bañó, la cubrió con espuma.

Al final, no sólo gozaron en la ducha, sino que estuvieron juntos también en la cama, durante la mayor parte del día.

Integra sonrió. Una cosa era segura: estaba tratando con un vampiro muy viril.

Alguien tocó a la puerta y la sacó de sus pensamientos.

-Pase.

La puerta se abrió. Era Mouse. Traía la cena. Integra echó en falta a Walter. Al viejo Walter.

El antiguo Walter era cálido, dulce, cuidadoso y confiable. El Nuevo Walter era oscuro, meditabundo y espeluznante.

Incluso más que Alucard. Era normal que el primer vampiro de Integra fuera de ese modo, pero resultaba incómodo ver a Walter así.

Integra le pidió a Dios que arrancara fuera de él todo aquello que Millennium le metió dentro y que volviera pronto a ser el viejo Walter, al que tanto extrañaba.

El nuevo Walter era un hombre oscuro, que no le agradaba y en el cual, no confiaba. Pero no pudo obligarse a matarlo.

No es que ella no haya matado hombres con anterioridad. Lo hizo. Cumplió con su deber para con ellos y terminó con sus sufrimientos.

Envió sus almas al Cielo. Lloró por haberlos perdido.

Pero a este hombre en particular, su querido Walter, matarlo hubiera sido tanto así como aniquilar un pedazo de su propia alma.

Simplemente no podía hacerlo, no al que la había cuidado tras la muerte de su padre.

-¿Cómo se siente hoy, Amo?-Preguntó Mouse, colocando la bandeja de la cena en su escritorio.

-Bien.-Respondió Integra, regresando a su papeleo.

-No debería trabajar tanto, señorita Hellsing. no parece ser usted desde que se descompone todas las mañanas..-Comentó Mouse.

-Oh, no. No permitiré que nadie piense que perdí el control. Nuestra misión debe cumplirse.Mi trabajo será hecho.-Indicó Integra con firmeza, mientras abría otra carta.-No de nuevo.

-¿Sucede algo malo, Sir?-Preguntó Mouse.

-Sir Wellington. Quiere una disculpa por la casi muerte de su hijo.-Explicó Integra, poniéndose de pie y saboreando el aroma de su cena.

De repente, se dobló sobre sí misma, con dolor, y se apretó el estómago.

-Arrgghh.-Gimió Integra. Se cubrió la boca y corrió al cuarto de baño. Mouse levantó una ceja y sonrió.

-No pensé que mi forma de cocinar fuera tan mala.

Entonces, escuchó el vómito de Integra y el agua corriendo en el tocador. Mouse caminó hacia el baño. Golpeó la puerta y luego entró. Integra estaba lavándose la cara en el fregadero. La miró en el espejo.

-Hay algo malo con usted, Amo.-Anunció Mouse.-Y sé lo que es.

-También yo. Es sólo que no puedo resignarme a creerlo.-Suspiró Integra.

-Espere aquí, ya regreso.-Dijo Mouse.

Integra miró hacia su izquierda, pero ella se había ido. Decidió que lo mejor sería regresar e intentar tomar la cena en paz. Estaba a punto de terminar cuando Mouse regresó.

-¿Dónde has estado?-Preguntó Integra.-Pensé que habías dicho que volverías enseguida.

-Fui de compras. Me tomó un tiempo considerable, pues no sabía cuál traer. Por eso hay tres.

-Cada uno dice que se sabrá a lo sumo en dos minutos.-Explicó Mouse, dando a Integra una bolsa de mercado.

-¿Pruebas de embarazo?-Preguntó Integra, una vez que miró dentro.

-Así es, Sir. Ésta será color rosa, si está embarazada y blanca, si no es así. En cuanto a ésta otra…

-¿Y si sólo llamamos a mi doctor?-Preguntó Integra, o más bien, suplicó.

-¿Cómo sabe que él no llamará a la Reina para informarle de su condición?-Increpó Mouse.

Integra no respondió. Sólo tomó las pruebas y se dirigió una vez más, al cuarto de baño.

Mouse recogió la bandeja de la cena y estaba por irse, pero antes dijo…

-Si realmente desea la opinión de un médico, llamaré al Doctor Cornelia. Integra leía las etiquetas de cada envase. Siguió las instrucciones al pie de la letra. Ahora, estaba esperando el resultado. Por Dios, los 120 segundos más largos de su vida. Mouse tomó asiento en la silla de Integra.

-Entonces, el veredicto es…

-Positivo y rosado. Estoy embarazada.-Indicó, firmemente.

-Bueno, ya, por Dios. No debe ponerse tan feliz por eso.-Rió Mouse.

-Lo estoy, pero no del todo. Quería esto, pero no así. No estoy lista para ser madre.

-Nadie lo ha estado antes. ¿Se lo dirá a Alucard ahora o más tarde?-Preguntó la hija del vampiro, poniéndose de pie , cediéndole a Integra su lugar nuevamente.

-No, será después de haber visto un médico. ¿Ya ha despertado?

-Sí. Él, Walter y Seras, están alimentándose.-Contestó Mouse.

Integra frunció el ceño. Walter alimentándose. Ese era un horrendo pensamiento para ella.

-¿Cómo está Walter?¿Algún cambio?

-Se comporta. Al menos desde ahora en más, prometió quedarse en su cuarto y ya no es necesario encadenarlo. Para el resto del mundo Walter Dollneazz está muerto.-Le informó la media vampira.

Integra se relajó en su silla. No sabía por qué le alteraban tanto las palabras de Mouse.

Después de todo, Walter tenía 60 años. Un día él hubiera muerto y ella se habría sentido sola entonces.

Pero no, era el hecho de que ahora estaba no-muerto lo que tanto le molestaba. Integra ya no tenía poder alguno sobre él.

Fue por eso en primer lugar que lo hubiera mantenido oculto en el sótano indefinidamente.

De alguna manera, Alucard fue capaz de controlarlo. O tal vez fue porque ahora eran lo mismo; viejos camaradas, ambos vampiros, sirvientes de Hellsing.

DING DONG.

-¿Qué fue eso?-Preguntó Mouse.

-Debe ser el timbre de la puerta.-Informó Integra, sarcásticamente.

-¿De veras? Nunca lo oí antes.

-Porque es muy extraño que tengamos visitas. Tal vez se trata del Doctor Cornelia.-

-Es demasiado pronto para que sea él .

-Bueno, ve a ver quién es.-Le ordenó Integra.

-Si, Sir.-Le obedeció Mouse, en tanto se esfumaba.

No estuvo sola por mucho tiempo. Alucard se mostró nuevamente unos cuantos minutos luego de que su hija se retirara.

-Buenas noches, Integra.-La saludó.

-Buenas noches, Alucard.

-Tienes una sorpresa para mí.-Comenzó él , leyendo su mente.

-Es posible esté embarazada.-Anunció Integra, esperando para ver su reacción.

Alucard era puro diente en su malvada sonrisa.

-¿Es posible? Lo está o no. Con éstas cosas no hay nada intermedio. –Rió, rompiendo el silencio.

-Bueno, tres pruebas salieron positivas. Pero preferiría la opinión de un doctor antes de afirmar cualquier cosa.-Indicó Integra, caminando alrededor de su escritorio, hasta quedar frente a frente con él.

Alucard miró fijamente a Integra. Su cara angelical, su largo y delgado cuello, y su abdomen.

Integra se sobresaltó un poco cuando Alucard se arrodilló ante ella y colocó un oído en su estómago.

Le sonrió.

Le gustaba mirar hacia abajo, hacia él. Era muy poderoso y ella lo controlaba. Tenía poder sobre su poder y era eso lo que la hacía poderosa.

Ella deslizó sus dedos entre sus cabellos en tanto él escuchaba su estómago. De repente, él habló

-Gemelos.-Dijo.

-¿Qué?-Exclamó Integra.

-Va a tener gemelos.-Repitió.

-Dios mío.-Gimió Integra.

No estaba segura de poder manejar uno y ahora iba a tener que lidiar con dos.

¿Cuándo llegará el Doctor Cornelia?

Justo en ese momento, Mouse golpeó la puerta y entró en el cuarto. Vió a Alucard de rodillas y comenzó a retroceder para salir de la habitación.

-Lamento interrumpir.-Se disculpó ella.

-No interrumpiste.-Le corrigió Integra.-Sólo estaba escuchando a sus hijos.

-¡Hijos! Hombre, deje el cuarto por un minuto.-Rió Mouse, disimuladamente.

-¿Quién tocó a la puerta?-Preguntó Integra, con un sobresalto.

-Oh, James Wellington está abajo. Lo dejé en el cuarto de la televisión.-Informó Mouse.

Alucard gruñó.

-¿Qué hace aquí?-Exigió saber.

-Bueno, si me guío por las cartas de su padre, diría que es probable que esté aquí para recibir esa disculpa que le debes por haberle disparado. –Le dijo Integra a Alucard, en tanto él se ponía en pie.

-No lo haré.-Gruñó Alucard.

-En realidad, me dijo que vino a desafiar a Alucard por usted. Ahora que ha sanado sus heridas, espera que la lucha sea justa.-Explicó Mouse.

-¿Está solo?-Preguntó Alucard.

-Sí.-Contestó Mouse.-No hay nadie más en nuestros dominios. No hay quien le ayude, ni menos alguien que le salve.

-Alucard, déjalo en paz.-Le ordenó Integra.-Es tiempo de que aclaremos éste malentendido. Mouse, ven conmigo.

Alucard miró a Mouse, en tanto ella se encogía y se dedicaba a seguir la orden de Integra, hacia el pasillo.

Integra y Mouse entraron al cuarto de la TV. Sir James Wellington estaba de pie allí, esperándolas. Integra se colocó frente a él, en tanto Mouse aguardó más atrás.

-Sir Hellsing. ¿Cómo ha estado?-Preguntó Sir James.

-Me mantengo, gracias.-Replicó Integra. –La cuestión aquí es¿Cómo está usted?

-Sano rápido. Alucard no intentó matarme¿Verdad?-Preguntó James.

-No…Todavía estarían limpiando sus restos del techo si así fuera.-Dijo Integra, sentándose en su sofá.

-Siéntese, Sir Wellington. Hay grandes cosas por discutirse entre nosotros.

-Sólo mi padre es Sir Wellington. Por favor , llámeme James, o Jim si prefiere. –Corrigió.

-¿No le agrada su padre?-Preguntó Integra, curiosa por su irritada voz.

-Él nunca me quiso. Jamás me habló, ni me reconoció nada de lo que hice. Siempre estuvo demasiado ocupado trabajando. Fui enviado a la escuela militar ni bien tuve edad suficiente para ir. No me escribió, ni me hizo visitas. Me uní al Ejército y no volví la vista atrás. Entonces, un día, recibí una carta suya. Solicitaba mi presencia en el Palacio de Buckingham, para que fuese nombrado Caballero. No habían pasado ni dos segundos de eso y me dijo que era candidato para tomar su mano en matrimonio. No es necesario aclarar que me enfadé mucho. Ni siquiera consideré ir al baile, pero entonces me contaron sobre usted, acerca de cómo era una…Perdóneme el término…Bruja de helado corazón, y entre más lo hacían , más me interesaba conocerla. Así que asistí. Me alegra haberlo hecho.-Le confesó Sir James a Integra, mirándola fijamente.

-Acerca de eso, James¿No cree que una buena relación está basada no en mentiras, sino en verdades y confianza al decirlas?-Preguntó Integra.

-Por supuesto que yo nunca le mentiría.

-Soy yo quien le ha mentido a usted.

-¿Qué?¿Cuándo?

-Primero debe darme su solemne juramento de que nunca dirá a nadie lo que voy a decirle. – Insistió Integra.

-De acuerdo, lo juro.-Dijo él, preguntándose qué clase de secreto , aparte de Alucard , pudiera ser tan grandioso.

-James, no puedo convertirme en su esposa.-Le dijo Integra, con seriedad.-Pertenezco a Alucard.

-¿Entonces era eso?-Contestó James, no muy seguro de cómo abarajaría esa información.

-Sí. He aceptado su…Proposición.-Reveló Integra.-Y hay algo más que deberías saber.

-¿Y es…?-Preguntó con curiosidad.

-Estoy esperando sus hijos.

-¡¿Qué?!-Exclamó, sin creer una sola palabra de lo que Integra acababa de pronunciar.-¿Y ahora qué?-Le preguntó James.-Sabe bien que ellos aún esperan que nos casemos.

-¿No dijo que si no lo elegía como esposo, escogería a Mouse?-Preguntó a su vez Integra, recordando la noche de su fiesta de cumpleaños.

-Sí, pero su nombre era Kalle.-Recordó James.

-Mouse, ven aquí.-La llamó Integra.

Mouse avanzó unos pasos y esperó a ser reconocida.

-James, ésta es Mouse.-Dijo Integra.

Sir James se puso de pie y fue hacia ella. La miró de arriba abajo. Mouse no se movió, pero lo miró por el rabillo del ojo todo el tiempo.

-Pero ella es más joven que la persona que te escoltó al baile.-Comentó James.

-Mouse, muéstrale.-Ordenó Integra.

Mouse transformó su apariencia y Sir James se quedó mudo de asombro ante la joven que conoció un par de noches atrás.

-Significa que ella es un…un…

-Vampiro.-Terminó Integra.

-¿Llevaste un vampiro al Palacio de Buckingham?-Le preguntó.

-A la larga y a la corta, lo hice.

-Eso explica las pruebas. Como fue que hizo…-Comprendió en voz alta.-Integra, usted está demente…

-Al borde, sin duda alguna. Creo en las presentaciones formales. Coronel Sargento James Wellington, ésta es Mouse. Su verdadero nombre es Kalle, pero ella prefiere “Mouse”. Kalle, éste es el Sargento Coronel James Wellington. El hombre al que escogiste para que yo desposara.-Los presentó Integra.

Sir James miró a Integra y a Mouse, una y otra vez. Entonces, Mouse cambió frente a sus ojos y volvió a ser la de antes.

-Entonces, tiene dos vampiros entre su servidumbre… -Comentó James.

-De hecho, tengo cuatro. Y debo pedirle que mantenga el secreto. Nadie salvo usted conoce de ellos.-Le reveló Integra.-No debe haber secretos entre nosotros, como si estuviésemos casados ante la corte de ésta forma. Confío en que sabrá guardarlo por su propio bien.

-Tiene mi palabra, desde luego. Pero yo…-Sir James avanzó hacia Mouse y tocó su hombro, como si buscara comprobar si era real. –Es increíble. Es tan…Normal. He oído historias sobre el monstruo Alucard, acerca de cómo los vampiros son grandes, malos, seres sedientos de sangre todo el tiempo…-Citó James.

-Pero no cazamos mujeres ni niños. Nos fascina drenar la vida de nuestras víctimas, para sustentar la nuestra. Le aseguro, James, que soy eso y muchas cosas más cuando me molestan. –Dijo Mouse, con una malvada y juguetona sonrisa.

-Pero te ves…Como si pudieras ser mi hermanita. ¿Qué edad tienes?

-Tengo 402 años de edad, pero mi vida finalizó a los 16.

-¡16¡Ni siquiera es legal!

Mouse se rió entre dientes.

-Soy lo suficientemente mayor como para conocerte mejor.

-No hay forma de que me enamore de ti.-Dijo James.

-Sólo hay una forma de decirlo.-Le recordó Integra estudiando la situación de lejos.

-¡No la besaré¡Podría ir a prisión!-Se aterró James.

-Mouse.-Llamó Integra.

-¿Mhhh?-Dijo Mouse , aún frente a James, en tanto sus ojos se volvían rojos y relucientes.

-¿Puedes hacerte ver un poco mayor?-Le pidió Integra.

-Bueno, lo haría mejor si fumara, bebiera coñac y usara ropa de hombre.-Replicó Mouse, riendo entre dientes.

-Mouse.-Le reprendió Integra.

-Cierra tus ojos, James.-Pidió Mouse. Lo hizo y Mouse cambió su apariencia hasta verse como si tuviera alrededor de 21 años. -De acuerdo. Puedes abrirlos.-Le dijo entonces. Sir James la miró , tras su cambio de imagen, con las pupilas dilatadas.

-¿Mejor?-Le preguntó Mouse.

-¿Por qué no pudiste morir a los 21?-Le dijo, acercándosele.

-Porque los vampiros que asesinaron a mi familia no tenían mucha paciencia.-Le desafió Mouse.

Sir James lo miró a los ojos. Sus pupilas se afinaron, recordándole que no era humana. De todos modos, el resto de la chica era delicioso de ver. Tenía un cuerpo atlético que no podía esconderse en el uniforme de Hellsing. La tela revelaba la fuerza de sus brazos. Los pantalones ajustaban una magnífica figura, especialmente cuando descendían por una cadera ejemplar.

Sir James la tomó, dudoso. Mouse se estremeció por el tacto cálido de su mano. Un sentimiento fogoso le atravesó el corazón. Quería sentir calor. Que él la hiciera sentirlo.

Sir James dió un paso hacia delante y reclamó los labios de Mouse. Al principio fue sólo probarlos, pero terminó profundizando. Integra frunció el ceño cuando vio a su ex prometido rodear a Mouse con los brazos, yendo más y más cerca de ella. Mouse no podía hacer nada consigo misma. Intentó contenerse, realmente trató de hacerlo. Pero podía oír su propio corazón resonando en sus oídos. Podía sentir la sangre fluyendo por esas venas.

-Pensé que era una ilusión.-Dijo él, acariciando su brazo.-Pero es real.

-Si se tratara sólo de una, está bien hecha y no sólo pensada para engañar a la gente tonta. Su fuerza descansa en que no podemos saberlo.

Olía su deseo. Regresó su beso gentilmente. Le abrazó y acarició su cabello. Él quebró el beso para dedicarse al cuello de Mouse. Lo succionó ante la debilidad de la joven. Ella mordió amable y dulcemente el suyo, con la boca hecha colmillos. Entonces encontró su herida y decidió probarla deslizando la lengua por su cuello. Lo succionó ante la debilidad de la joven. Ella mordió amable y dulcemente el suyo, con la boca hecha colmillos.

Sir James se estremeció al sentir el calor húmedo dentro de su carne , fue como un vaso de coca cola helada en un día muy caluroso. Se rindió a las múltiples sensaciones placenteras del beso vampírico. Sus rodillas se doblaron. Mouse lo sostuvo fuerte , manteniéndolo en pie , en tanto cambiaba hasta obtener su forma original. La sangre de ese hombre era tan cálida, tan dulce, fluyendo con excitación y deseo, que ella decidió probarla.

-Disfrútalo, Mouse. –Dijo Integra.-Es mi regalo, por servirme.

Cerró la puerta al salir de la habitación.

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.6]


- ¡ ¿Has perdido tu maldita cabeza !-Rugió Integra.

Alucard simplemente se sentó en su silla con los pies en su escritorio, en su oficina por cierto. Sólo miró cómo ella gritaba y rabiaba, sentado.

-¿Sabes lo que nos harán ¡ Sobretodo a mi, si creen que perdí el control sobre ti ! -Vociferó.

-Pero lo has perdido. ¿O lo olvidaste?-Preguntó Alucard , con mucha frescura.

Entonces, Integra lo recordó. Cómo ella se había entregado. Cómo se había dejado tocar, amar y arder. Se volteó hacia él. Aunque hubiera perdido el mando, seguía enojada por la evidente indiferencia hacia su posesión. Bien se imaginaba lo que los Caballeros dirían sobre ella... Pero no, se debía a la Reina y al país.

-¡No lo permitiré!-Gruñó Alucard , leyendo sus pensamientos.-¡Ninguno de ellos tomará lo que es legítimamente mío!

-¡No me gruñas ¡No puedo intervenir en esto más que tú! Es mi deber como...-Comenzó Integra, cuando Alucard la interrumpió, vociferando:

-¡Tu deber ¡Tu deber ahora es hacia mí!-Y se puso de pie.

-¡No soy tu sirvienta!-Le gritó Integra.

-¡Pero eres mi esposa!-Replicó Alucard.

Integra calló de pronto, estupefacta. ¿Esposa, dijo ¡Si no hubo ceremonia!

-En mi época, no era necesaria. En mi época, había tan sólo un simple juramento de fidelidad entre dos personas; por ejemplo el que tuve con la madre de Mouse. Me diste tu corazón, tu sangre y tu cuerpo la noche de tu cumpleaños y aún antes: desde el día en que nos conocimos, siempre has sido mía.-Le reveló Alucard.

Integra no sabía que decir. La mitad de ella misma decía : ¡NO! Esto es imposible. ¡No podemos hacerlo¡Con él no! Pero la otra sólo sonreía y encontraba muy confortable el hecho de que , a su manera, él amaba.

-Alucard, yo...-Comenzó, no muy segura de saber qué decir.

-Los Caballeros tendrán que aceptarlo. ¡Nunca te casarás!-Dijo Alucard, ahora susurrando en su oído, como si estuviera tras ella. Pero su sensibilidad y devoción, demandaron atención. Ella es la hija de Lionel Hellsing , la última línea de sangre que protegería la luz de la descendencia para una misión hacia Dios. La realización de una vida que no le pertenecía la llevó a hablar de nuevo.

-No, Alucard. No puedo.

-¿No me pediste que engendrara al siguiente heredero de Hellsing?-Preguntó Alucard , con una mueca malvada. Los ojos de Integra se abrieron de par en par, llenos de miedo y determinación.

-Entonces, es mucho el tiempo que hice.-Mantuvo Alucard , mientras que uno de sus tentáculos de sombra se le acercaba. Integra lo aplastó y alejó de un golpe, pero regresó otra vez. De inmediato, al sentir el toque de algo frío acariciando su pierna, Integra se sobresaltó. Intentó safarse.

-Creo haber dicho que no. -Repitió.-Un caballero...

-Soy un monstruo, no un caballero, recuérdalo.-Aclaró Alucard.-Un monstruo que no te debe su obediencia.

Estaba en lo correcto. Ahora estaba libre de cualquier control. Libre de ir y venir como él quisiera. Podía hacer lo que deseara y todavía la obedecía. En cierta forma. Se había quedado con ella. Los ojos de Alucard comenzaron a brillar diabólicamente rojos , como si se preparara para atacarla.

Was machst du da fur scheibe!-Le conjuró Integra, contrariándolo.

Pero los oscuros y fríos tentáculos de Alucard la levantaron hasta el techo y la dejaron suspendida en el aire. Seguía mascullando y luchando en su contra, intentando safarse de la situación.

Hurensohn!-Gritó , observándolo con un relámpago atravesando sus ojos azules, alertándolo del peligro que corría si propasaba sus límites.

De repente, Alucard levantó una ceja.

-No sabía que te supieras esa palabra.-Rió, casi para sí mismo.

-Sé esa y muchas más. Ahora¡Bájame!-Vociferó.

-No.-Dijo Alucard.

-Cuando me pediste que recapacitara mi respuesta, no pensé que me obligarías a hacerlo si me negaba.

Integra dejó de pelear. Bien sabe que no puede safarse de esta. Se calma a sí misma , controlando sus pensamientos , moderando sus escalofríos , manteniendo su tono de voz con severidad al darle una orden verbal. Que escupe intentando frenar su odio y desprecio, bastante lógicos a esta altura.

-¡Demando que me bajes¡Ahora mismo, Alucard, o sino...!

-Sino¿Qué?-Preguntó , bajando la voz con malicia.

-¡No te atrevas a violarme!-Aulló Integra.

-¿Y si me niego a obedecerte?-La desafió.

-¡Maldición, Alucard¡Déjame ir!-Rugió.

Alucard bajó sus tentáculos hasta el suelo.

-Mucho mejor.-Suspiró ella.

Las sombras de Alucard la bajaron del techo, pero no la soltaron. La miró a los ojos. Azules eran los de ella, rojos eran los de él. Como una contradicción , se atraían, pero todo sobre ellos había sido siempre un enfrentamiento constante. Vida, muerte, bondad, maldad, mujer, hombre. Ella, fuego, pero él, hielo. Él se odiaba a sí misma por esperarla tan malévolamente. Era el Rey de la No Vida, locamente enamorado de una mortal. Oh, qué bajo había caído el gran Zeus. Se inclinó ante ella y clamó por sus labios.

Integra trató de impedir que Alucard la violara. Trató de armarse de valor para enfrentar sus avances. De todas formas, el cuerpo de Integra respondía de acuerdo al toque de Alucard. Resentida consigo misma, volvió a besarlo. Los labios de Alucard eran ásperos y parecían buscar extraer hasta el último respiro de Integra. Ella permitió que su lengua la forzara para entrar en su boca. Como si ambas lenguas estuvieran de acuerdo.

"¿Qué demonios estoy haciendo¡Dije que NO!" Pensó Integra y mordió la lengua de Alucard, tan fuerte como pudo. Su sangre le llovió en la garganta. Lo empujó y la misma se roció sobre el escritorio.

-¡Dije que NO¡Maleducato Scemo! ¡Affo!-Repitió.

Alucard agrandó la sonrisa, como si acabara de saborear la sangre de su lengua. Se lamió los labios.

-No pensé que siquiera supieras esas palabras.Tsk, Tsk, Tsk... ¡Qué chica tan traviesa tengo! Creo que necesitas que te castigue.

Alucard se volvió a Integra y la tendió sobre su propio escritorio. Sus tentáculos la arrojaron y acomodaron a través de él, envolviéndose en torno a ella, sujetándola para que no se moviera, ni una pulgada.

-¡Maldito Vampiro¿Cómo diablos te atreves...!-Aulló Integra, en tanto luchaba y pateaba por su libertad.

Alucard sonrió con profunda perversidad. Qué linda era Integra vista desde atrás, pero mirarla no era lo único que pretendía hacer. Comenzó acariciando ambas mejillas con sus manos en suaves movimientos circulares y por último , un fuerte apretón. Integra jadeó y se sonrojó profundamente ante tal muestra de audacia. Él acariciaba sus piernas como si estuviera tras ella. Se presionó con fuerza en su espalda, inclinado sobre ella, para hablarle, tanto que podía sentirlo más y más duro.

Quería que sintiera cuánto la deseaba. Los sentidos de Integra entraron en pánico. Buscaban con desesperación una manera de pensar en cómo salir de ésta. Ella se sacudía y se sacudía contra los tentáculos, pero ellos la sujetaron demasiado rápido y sólo logró que cerraran su agarre con más fuerza para someterla. Podía sentir a Alucard, deteniéndose dentro de ella. Entendió que él quería que ella lo sintiera así. Para sentir su deseo , su miedo, su impotencia al no poder hacer nada para detenerlo. De repente, sintió su aliento frío en el oído.

-¿Recuerdas cómo se siente? No puedes esperar a sentirlo de nuevo ¿Eh?-Susurró, con la voz en suelta lujuria.

Integra lo sintió cuando separó sus piernas con el pie. Pudo sentirlo bajo sus medias.

-¡Tú, hijo de perra¡Si me violas, te mato¡Haré que te quemes en el infierno¡Te arrancaré esos malditos ojos¡Todos¡Los seiscientos!-Chilló Integra, con miedo y desprecio.

-Ja Ja Ja, esa es mi chica , tan llena de veneno ardiente. Por cierto, sólo tengo cuatrocientos treinta y dos ojos en mi otra forma. Todos para verte mejor, mi querida.

La sangre de Integra se enfrió cuando ella sintió que sus pantalones bajaban hasta sus tobillos. Jadeó al oír cómo se rasgaba la tela. Aire frío.

Maldito seas, Alucard!

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.5]


Habían pasado tan sólo dos días. Dos días, desde su Real fiesta de cumpleaños. Dos días desde su aventura con su sirviente, Alucard. Dos días y ahora, Integra estaba frente a frente con la Reina.

Esto es realmente para cansarse. Pensó ella.

Integra pensó de nuevo en su cumpleaños. Ella y Mouse habían espantado con éxito a todos los Caballeros, salvo a dos. Mouse y James incluso habían peleado a duelo; el ganador conseguiría protegerla. James tenía fuera de sí a Mouse y a ella misma le había robado un beso. Integra sonrió por dentro. James era bueno besando, pero nada podía compararse con un beso de Alucard.

Todos a su alrededor eran Caballeros, cada uno sentado en su honrada silla. Integra echó un vistazo a su asiento. Estaba vacío. Se estremeció, como si su lugar sin ella fuera una premonición. Su atención volvió al presente mientras oía susurros. Miró a los Caballeros. Se supone que eran aliados suyos. Se supone que trabajarían juntos para defender a la Reina y al País. Hasta ahora , todo lo que hicieron fue ponerla en ridículo, traicionarla y encarcelarla. Se habían visto siempre como chacales hambrientos, nada de aliados habían tenido y hoy no era diferente. Aunque no lo supieran, Integra tenía un oído muy bueno.

-Está usando ese horrendo uniforme verde, otra vez.

-Estoy de acuerdo. Sería más conveniente un vestido, algo de crédito a su verdadero género.

-Quién sabe qué tan frío corazón habrá crecido en su interior, teniendo en cuenta que es una joven encantadora.

-Estará demasiado ocupada con los niños para llevar adelante la Organización. Ganaremos su control fácilmente una vez que se quede embarazada.

Integra apretó los puños y empezó a contar. Era todo lo que podía hacer para controlar su lengua y mantener su rabia bajo control. Entonces, pensó en Alucard, que no se inclinaría ante cualquiera, sino sólo ante ella, pues controla Hellsing. Los mataría a todos y devoraría sus almas, hasta tomaría control de ellas. Integra sonrió con este pensamiento. Intentaron tomar la Organización en una ocasión. No pasaría de nuevo, ni ahora, ni nunca. De repente, todo se convirtió en tranquilidad, mientras que la Reina seguía hablando.

-Felicidades, Sir Hellsing, por su compromiso con Sir James Wellington.

-Si, eligió bien. Mi hijo será un excelente esposo y le dará hijos muy fuertes.-Sonrió Sir Wellington, con gran orgullo.

Integra gimió. Miró al bastardo: Satisfecho y orgulloso, como si ÉL mismo hubiera hecho algo grandioso.

La volvió loca el solo pensar en tenerlo como familiar político. Ella, que mató a Richard cuando trató de quitarle Hellsing.

Se preguntó cuánto tiempo iría a la cárcel si también le disparara.

Fuera cual fuera la sentencia, valdría la pena. Sin embargo, Integra fue discreta, como si nada fuera de lo común le sucediera.

-Gracias, Su Majestad.-Dijo esforzándose por ser cortés.-Lo veré más adelante, para conocerlo mejor.

Sólo entonces, las puertas se abrieron. Todos los ojos se fueron hacia el recién llegado. Era Sir James. Integra levantó una ceja. En la fiesta, había usado un traje negro y un tuxedo. Ahora, llevaba su uniforme de la Real Armada Británica. Estaba en sus tardíos treinta, tempranos cuarentas. Tenía el pelo castaño, cortado al estilo y propósito militar. Su modo de andar distaba de la forma del hombre armado, por deber, honor y acción. Entonces, Integra la aprobó. Era diferente de cualquiera de sus anteriores pretendientes. Fue dando zancadas hasta llegar junto a ella. Se inclinó ante la Reina.

-Su Majestad.

-Sir James.-Lo reconoció la Soberana.

-Mis disculpas por llegar tarde.

-Sir Integra Hellsing. Sir James Wellington.

-Sir Wellington.-Repitió Integra hacia él.

-Sir Hellsing.-Contestó como a sí mismo, reverenciándola.

-Bien. Ahora...-Comenzó la Reina.

-El compromiso será anunciado públicamente para el resto del mundo.

-Ambos podrán conocerse a lo largo de los próximos seis meses y entonces, contraerán matrimonio el trece de Noviembre.

-Sí, su Majestad. Bajo sus órdenes.-Dijeron Integra y James, simultáneamente.

-Sé que ustedes no lo harían de no ser el deber a la Corona.-Indicó la Reina, suavemente. -Pero espero que algún día lleguen a amarse el uno al otro.

De repente, el cuarto se volvió muy, muy frío. La temperatura descendió, helada formada sobre cada ventana y en cada taza con líquido en su interior. Podía verse respirar a todos allí y un silencio misterioso se colgaba en el aire. Integra suspiró pesadamente, pues sabía qué sucedería.

-Oh, no.-Gimió.-Alucard, no hagas esto.-Le advirtió, mentalmente.

De repente, Alucard estaba parado junto a ella.

Integra volteó y lo miró.

-Hola, Amo.-Dijo, con una mueca muy oscura.

-¿Qué demonios estás usando?-Preguntó, levemente sorprendida, más por su vestimenta que por su presencia.

-¿Esto? Se supone que es lo último en estilo.

Miró la ropa de Alucard. No estaba usando el sombrero y la capa de siempre. Llevaba un traje de tres piezas a rayas rojas, una camisa blanca de vestir, y un lazo rojo. No tenía sus lentes, pero aún usaba los guantes. Parecía normal y agradable, pero eso no disminuía la aureola de muerte y destrucción masiva que lo rodeaba.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó ella, cortante y fría.

-Reclamo lo que es mío.-Contestó, con un gruñido bajo, mirando fijamente a James.

-Integra¿De qué está hablando?-Preguntó Sir James.

-No querrá saberlo.-Dijo Integra.

-¡Integra Hellsing, será mejor que mantengas a ese monstruo bajo control!-Exigió Sir Island.

-Alucard.-Llamó Integra.

-Diez minutos, Amo. Nada más.-Indicó Alucard, caminando hacia la Reina.

Integra lo pensó con detenimiento. Sería más fácil tratarlo si se lo sacaba ahora del pecho. Además, estaba comportándose. Nadie había muerto hasta el momento.

-Diez minutos.-Consintió.-Nada más.

-¡Integra Hellsing!-Gritó Sir Wellington.

Integra sólo levantó una ceja cuando los Caballeros comenzaron a susurrar y gritar cuánto desaprobaban su decisión. Les sonrió. Prácticamente se hacían en sus pantalones y todo lo que Alucard quería , era hablar.

En cuanto se acercó a la Reina, tres de los guardias del Palacio, acometieron a defenderla. Alistaron los rifles para dispararle si se acercaba más. Sin embargo, Alucard hizo una mueca y dijo...

-Quédense.

Cada hombre se congeló en su lugar. Alucard sonrió , pues eran tres estatuas humanas que lo miraban con odio.

-Alucard.-Se le dirigió la Reina.

-Su Majestad.-Se inclinó.

-Tiene usted algo que desea decirnos.-

-Sí, su Majestad.

-Lo escucharemos.-Consintió.

-¿No he sido un buen sirviente?

-Sí, lo ha sido. Sirviendo a Hellsing y a los ciudadanos de Inglaterra durante los últimos quinientos años.

-¿Alguna vez pedí algo a cambio?

-No, no lo hizo. ¿Hay algo que desee?

-Quiero a Integra Hellsing.-Anunció Alucard.

-¿ Qué !-Preguntó la Reina, completamente en shock.

De todo lo que pudo haberle pedido, la Reina jamás imaginó que se encontraría justamente con eso.

Integra se hundió por dentro mientras que el cuarto rompió en alboroto. Más susurros, más protestas, y más llamados para que Integra contenga a su monstruo. No podía ayudar, sólo preguntarse si se oponían porque Alucard la pretendía o se quejaban de que su futuro se les iba por la borda con esa alianza. ¿Quién, entre todos ellos, desafiaría a Alucard por su causa?

-¡No, usted no puede tenerla!-Gritó uno.

-¡Esto es demente y profano ¡No pueden entregársela a un demonio!-Gritaron otros.

La Reina simplemente levantó una ceja.

-¿Ahora me están dando órdenes? No es sorprendente que Integra los odie. En verdad son algo presumidos.

-¡Integra Hellsing, controle a su mascota!-Gritó ahora, otro más.

Ni Integra ni Alucard les prestaron atención. Sólo ellos dos existían en ese espacio y tiempo, pues se hablaban el uno al otro mentalmente.

-Eres mía.-Indicó Alucard.

-Ya lo has hecho.-Dijo Integra.

-Eres mía y de nadie más.-Continuó Alucard.

-Lo siento , Alucard, pero no puedo conceder tu petición.-Mantuvo la Reina.

-La tendré.-Insistió.

-Alucard, si fuera humano: Yo podría entregársela. Sé cuán fuerte es usted y cuánta confianza le tiene. Pero ese no es el caso, es un vampiro. Incluso de ser Medio Vampiro, el niño seguiría siendo un monstruo. Lo siento. Integra debe desposar a un ser humano.-Declaró la Reina.

-Que así sea, entonces. Si no me la entrega, se la quitaré.-Gruñó Alucard, dándole la espalda a la Reina y avanzando hacia Integra.

Integra permanecía tranquila y permanecía tranquila, a pesar del ruido y la conmoción encendiéndose a su alrededor. Podía oírlos, a los Caballeros, gritando y protestando, pero todo lo que veía era a Alucard, haciendo muecas estrambóticas y avanzando por su causa. No tenía ningún motivo para temerle. Él vino sólo a hablar. No estaba en plan de matar... Aún. De repente, James se movió y fue a parar frente a Integra.

-No.-Dijo.-No dejaré que la dañe.

-A un lado, humano.-Exigió Alucard.

-No.-Replicó.

Integra miró a James, como si fuera la primera vez. Este hombre no la conocía y estaba dispuesto a interponerse entre ella y Alucard. Era muy valiente o muy tonto. Aún no estaba muy segura, pero tenía que detenerlo ahora, antes de se le escapara de las manos.

-James, no. Yo no valgo su vida.-Dijo Integra, esperando que abandonara esa muerte segura.

-Usted será mía.-Dijo él, sin quitar los ojos de Alucard.-¿Qué clase de hombre sería si dejara que un monstruo se escapara con mi futura esposa y sin hacer nada para detenerlo?

-¿Y qué harás para detenerme, humano?-Gruñó Alucard, mostrando sus colmillos. Con eso, desapareció y reapareció tras Integra. La envolvió con su brazo izquierdo y la atrajo hacia sí.

-Alucard, déjame ir.-Demandó.

Sir James volteó para ver a Alucard sujetando a Integra, que luchaba para safarse, pero no podía. Sir James dio un paso adelante, desenvainando su espada para desafiar a Alucard, quien sacó su Jackal y le apuntó de inmediato.

-No.-Ordenó Alucard.-Vine sólo por ella. Pero no dejaré que usted me detenga.

-Entonces será mejor que me dispare. Porque en el segundo en que te vayas, iré a traerla de vuelta.-Declaró Sir James.

-¡James, no¡Detente Alucard , no te atrevas a dispararle!-Ordenó Integra.

Alucard miró fijamente a Sir James. Ese humano amaba a Integra con honestidad, o eso pensaba cuando menos. Ni siquiera había conocido a la verdadera Integra hasta el día de hoy y aún así, estaba dispuesto a morir por ella. Alucard cavó profundo en esa mente. Pudo ver la niñez de Sir James, solitaria por un padre que no lo quiso. Sir Wellington no sabía qué hacer con él hasta el día de hoy: Casarlo con Integra para dominar Hellsing. Creció en una escuela militar. Desarrolló un código de honor y una voluntad de hierro, sobrepasando a muchos otros jóvenes en las mismas condiciones. Vio al soldado en que se había convertido, sacrificándose por su Reina y por su país. Vio el por qué de que Mouse lo eligiera como esposo de Integra, de ser necesario. Era como Integra, daba su vida por las necesidades de otros.

Alucard bajó su arma. Sir James caminó hacia él, pensando que se rendía. El "click-BOOM" estruendoso de la Jackal de Alucard resonó a través del pasillo.

-¡ARRAGHGHH!-Gritó Sir James, intentando no caer al piso.

-¡Alucard!-Gritó Integra.

-Relájese. Fue sólo una herida en su carne. Vivirá.-Le indicó Alucard.

Un disparo provino desde la audiencia de la Reina: Más guardianes del Palacio acometían. Apuntaron hacia Alucard.

-¡Paren el fuego!-Pidió la Reina.-No dañen a Integra.

Con eso, Alucard sonrió en una mueca siniestra y tanto él como Integra, desaparecieron.

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.4]


Una hora más tarde, Integra y Mouse atravesaban las puertas del hogar.

-En casa otra vez, en casa otra vez, cantando y bailando , en casa otra vez.-Siseó Mouse, mientras colgaba en el perchero el abrigo de Integra.

-Mouse, iré a la sala de entrenamiento.-Dijo Integra, dirigiéndose hacia los pasillos más oscuros.

-Por supuesto que sí...-Inquirió Mouse, sabiendo que jugaría con su nueva adquisición.-¿No quiere dormir un poco primero? Ha sido un largo día...

-Dormiré por la mañana.-Sentenció Integra.

-Bienvenida a casa, Ama.-Saludó Alucard.

Integra lo buscó. Estaba sentado en las escaleras del pasillo principal, esperándola. Se puso en pie para saludarla.

-¿Disfrutó su fiesta?-Preguntó astutamente.

-Lo hice.-Sonrió Integra, débilmente, recordando cada momento del MOMENTO.-Ah, por cierto, gracias por tu obsequio.

-Existo para complacerle, Ama. -Dijo inclinándose , como un príncipe.

Integra levantó una ceja. Había algo en él.

-Siento que debemos hablar sobre la inscripción, sin embargo.-Dijo con firmeza.-¿Cómo logró que la hicieran?-Preguntó, con curiosidad.

Alucard sonrió.

-Mouse, ve a jugar.-Le ordenó.-Por atrás, al último pasadizo.

Mouse le dijo entre dientes, riendo:

-No haga nada que yo no haría.

Integra vio cómo se transformaba y volvía a tener puesta su ropa de las calles, antes de desaparecer.

Alucard sonrió.

-¿Confía en mí?-Preguntó.

-No.-Contestó Integra, con una mueca sospechosa.

-De todos modos, cierre los ojos.

Integra lo hizo. Alucard tomó sus manos y la condujo ciegas. Podía sentir el frío de la noche en la piel. Con los ojos cerrados, intentaba compensarse con sus otros sentidos. Pudo oír alguna música, enigmática. Olía pan fresco, cocido en horno. Podía hasta probar la carne, haciéndosele agua la boca. Sentía las manos de Alucard sobre ella.

¿Dónde...?

De repente, Alucard se detuvo.

La curiosidad de Integra era tan fuerte que podía percibir que Alucard entraba tras ella. Sentía sus manos entre las suyas.

-Bien, abre los ojos.

-Oh, por Dios.-Pronunció Integra.

-Bienvenida al País de Las Maravillas, Alicia.

Los ojos de Integra se abrieron de par en par, con temor. Todo el Jardín parecía La Casa de Té del Sombrero Loco. Luces navideñas y la mesa preparada para cenar de a dos. Integra sonrió y sacudió la cabeza.

Meseros disfrazados de fichas, blancas y rojas, les sirvieron y se fueron. Integra miró y levantó una ceja.

-Algunos hombres hacen realidad cualquier sueño femenino. Y tú también haces realidad también las pesadillas.

Alucard rió entre dientes. La conocía bien. No era como cualquier otra mujer, no tanto al menos. La escoltó e hizo que tomara asiento.

-Sopa de tomate para usted, O positivo para mí.-Dijo, sosteniendo su copa , brindando.-Feliz cumpleaños, Integra Hellsing.

Alucard e Integra se complacieron con la cena y el baile. Alucard sonrió por dentro. Integra era agraciada, hermosa y voluntariosa. Todo compañera debe serlo , pero ella había rechazado su oferta varias veces. Todavía se aferraba a su existencia mortal. Gruñó.

-¿Quiere jugar?-Preguntó.

-¿Qué clase de juego?-Se defendió Integra.

Su padre siempre dijo que los vampiros eran enemigos muy astutos. Además de disparar¿Qué otra cosa sabía hacer Alucard?

-Un juego de todo o nada.-Desafió.

Alucard la escoltó hasta la parte más profunda del jardín, a un campo de azulejos blancos y negros. Al borde había piezas de ajedrez. Los jugadores negros eran zombis, vampiros, hombres lobo. Los blancos eran soldados de Hellsing. Cada uno era de al menos seis pies de alto y los disfraces eran de metal.

-¿Juguetes de Mouse?-Preguntó Integra, examinando una de las piezas de su Organización.

-Ya sabe que Mouse adora jugar.-Sonrió Alucard.

-Vamos , Alucard. Mueve una.-Demandó Integra, impaciente.

-Estoy pensando.-Dijo Alucard, mirando el tablero fijamente.

-Piensa rápido. Podría morirme y entrar en descomposición mientras espero que tú muevas.-Lo interrumpió Integra.

-Puedo remediar eso.-Dijo Alucard, mirando el tablero, aunque inmóvil.-Todo lo que debe hacer es decirme que "Sí". Entonces, podríamos jugar hasta el fin de los tiempos.

-No cambies el tema, sólo mueve.

Alucard sonrió mientras acercaba un peón a la Reina. Integra estudió el tablero. Alucard era un vampiro orgulloso y odiaba perder. Sin embargo, también tenía una pista¿Podría distraerlo con la Reina? Eso deseaba. Integra sonrió por dentro, manteniendo su cara seria como una jugadora de póker. Movió.

-¿Sacrificando la Reina¿Eso es algo "sabio"?-Preguntó Alucard.

-Mientras tome tu Rey, su sacrificio no será en vano.

-No sea tan imprudente, Ama. -Dijo Alucard , mientras tomaba su Reina.-Es mía, ahora.

-En lo que concierne a la vida de mis hombres , es un golpe. Sin embargo , como he dicho antes, mientras pueda tomar su Rey... ¡Jaque!-Emitió Integra sentándose otra vez y esperando el siguiente movimiento. Alucard miró de nuevo el tablero. Tenía su Reina , pero un nuevo peón amenazaba al Rey. Podría esquivarlo , pero entonces su caballo se encargaría de tomarlo. Alucard sonrió , mostrando sus colmillos.

-Lista, muy lista.

Alucard estudió la situación. Ser atrapado, dos veces, por un Hellsing , era un gran soplo a su ego. Pero a diferencia de la última vez, escaparía de su trampa.

-Ríndete, Alucard. ¡Te tengo!

-No. Aún no he muerto.

-¡Sí, lo hiciste hace al menos 500 años! Ahora, ríndete a mí.-Exigió ella.

-¡No!

Integra saltó de su silla , caminó por el tablero de juego , tomó la espada de uno de sus caballos y fue hacia el Rey de Alucard.

-Mejor será que me detengas...-Retó con una mueca diabólica.-¡Porque iré a buscarte!

Alucard sonrió y aceptó el desafío. Primero envió a los zombies (peones). Uno por uno, Integra los decapitó y destrozó. Los miembros se desperdigaron por el tablero. Se empeñó en vencer a todos. Alucard mandó caballeros y alfiles para detenerla. Luchó con más dificultad. Dos contra uno. Injusto, sí, pero estaba probándola. Sin embargo , Integra no se detendría tan fácilmente. Sin fuerza para batir a ambos , su astucia consiguió el triunfo. Avanzó por sobre las dos piezas.

-Maravilloso, simplemente maravilloso.-Gruñó Alucard.

Caballos, alfiles, peones y torres, todos eran devastados. Las piezas volaban destazadas por el tablero , como en un campo de guerra.

-Ya sabes que Mouse no estará feliz de que rompas sus juguetes-Bromeó Alucard.

Envió a la Reina contra Integra. Ella paró al ver el rostro de Mouse. Recordó su promesa y vaciló. Error que casi le cuesta esa batalla. Mouse llevó la espada a la frente de Integra.

Integra tenía reflejos verdaderamente rápidos. Más fortaleza física que conciencia de la misma. Bloqueó los ataques de Mouse. Observó a Alucard. El bastardo se reía de ella.

Contaba con que no pudiera luchar contra Mouse. No después de lo sucedido ocho meses atrás. Eso no era Mouse. Apenas otro juguete.

-No me detendrás...-Dijo Integra, intentando avanzar con decisión en los ojos.

-¡No puedo dejarla matar a mi padre!-Dijo Mouse, el juguete.

Alucard intentaba jugar con su mente.

Rió con placer ante la emoción en la lucha de Integra. Su sangre rabiaba porque había destruido casi todas las piezas hasta ese momento. Tanta diversión...

Desafortunadamente , la Mouse de juguete no se comparaba a la verdadera Mouse. Integra la derrotó enseguida. Alucard frunció el ceño: Su Rey estaba en peligro. Él estaba en peligro. Desapareció de su asiento y se apareció ante Integra, que se disponía a matar al Rey. Se detuvo, la espada prácticamente en la garganta de Alucard. Sonrió.

-¡Ríndete!-Ordenó ella.

-No. Puedo unirme a usted.-La contradijo.

-Nunca.

Alucard asió su muñeca y la obligó a girar hacia él. La sostuvo y apretó contra su cuerpo, mientras su espada le tocaba la garganta. La atraía más a medida que luchaba por liberarse.

-Déjame , Alucard.

-Ríndase, diga que "sí" a mi oferta. Piense en lo que haríamos. En lo que haría nuestro hijo.-Susurró en su oído.

Ella dejó de luchar.

-¿Nuestro hijo?

-El último hijo que tuve fue Mouse. Es una guerrera y un líder en la guerra. Mire sus juguetes, su clan y a sus leales compañeros. Es la Reina de su gente.-Dijo Alucard.

Integra pensó en Mouse. Ella y sus sirvientes funcionaban en Inglaterra, tanto financiera como físicamente, eran una Mafia organizada. No había nada que Mouse no pudiera descubrir, comprar u obligar a suceder. Si Mouse quisiera , Integra no dudaría ni por un segundo, podría tomar Inglaterra.

-Su hijo manda sobre Inglaterra. Pero nuestro hijo podría gobernar el Mundo.-Habló Integra, como si pudiera verlo ocurrir realmente.

-Él o ella gobernaría y gobernaría bien. Nada podría detenerlo.-Dijo él.

De repente, Integra tuvo una visión del niño vampiro que podrían crear. Con un ejército tras él, contra Inglaterra. Tomaría el país. Gobernaría con mano de hierro, como Alucard en Rumania. Todos los crímenes importantes serían castigados con la muerte. Los menos importantes con azotes públicos. Si no se trabaja, no se come. Inglaterra prosperaría y crecería bajo sus reglas. Pero su gente viviría sin miedo. Los que se rebelaran, pagarían no sólo con sus vidas, sino con la de sus familias. No habría vampiros, ni hombres lobo, ni una sola criatura de la noche, pero tampoco alegría , amor ni esperanza. No habría un futuro. Y su hijo no estaría satisfecho con poseer Inglaterra. Vería hacia toda Europa y Asia, como otros antes que él. Como Genghis Khan y el Gran Alexander , su hijo gobernaría todo el mundo conocido. Integra rompió su abrazo con Alucard.

-No, no puedo. No seré su Reina.-Dijo Integra.

-¿Por qué¿Por qué se aferra a su humanidad? El sacrificio tiene su recompensa. Le ofrezco luchar por usted y usted lucha contra mi oferta. Le ofrecen casarse y eligen a su esposo. ¡Toman todo sin ofrecerle nada!¡Y todavía me rechaza! Tan sólo quiero evitar que le hieran otra vez.-Gruñó Alucard, encolerizado.

-¡No se trata de ti!-Gritó Integra.-Es sobre mi. Pienso mucho en tu oferta, en especial durante estos últimos , largos y duros años. Pero no puedo abandonar mi fé, ni la memoria de mi padre. Fui criada como una Hellsing. Heredé ese deber. Ahora debo cumplirlo. Como heredera de la luz, no puedo cruzar el límite de este mundo. Debo cumplir con mi deber, a mi Dios y a mi país.

-¡Usted y su maldita sensibilidad¡Se oculta detrás de su familia y su deber porque es más fácil que enfrentarlos!-Gritó él.

-Enfrentar¿Qué?-Preguntó suavemente , sabiendo que había poco sobre ella que él no conociera.

-Sus propios deseos.-Dijo él.

Integra dio un paso atrás y se dio vuelta. No deseaba hacerle frente. No quería que tuviera razón.

-Por una vez en su vida, admítalo. ¿Qué desea?-Preguntó.

Alucard esperó treinta minutos hasta que Integra habló de nuevo.

-Mañana me comprometeré con James Wellington. Pero esta noche , puedo elegir libremente al hombre que yo desee.

-¿Y qué desea?-Presionó Alucard.

-Sé lo que deseas porque es lo mismo que yo deseo. Te dí mi sangre, ahora te ofrezco mi cuerpo. Pero no mi vida.-Contestó Integra.

Alucard levantó una ceja. ¿Era en serio?

-Es en serio. ¿Aceptarás mis términos de entrega?

-No.-Dijo Alucard, doblando sus brazos.-Lo hace por rencor. ¡Por la mañana estará arrepentida!

-No lo hago y no lo haré.-Dijo Integra, manteniéndose fuerte.-Me preguntaste, tuve que admitirlo y fui sincera. Preguntaste qué deseaba y te lo dije. ¿Lo harías por mí?

La luna se apareció, detrás de las nubes y brilló sobre ella. Él la tomó en sus brazos, levantó su barbilla y la miró a los ojos. Cualquiera podía ahogarse en ellos. Siempre lo supo, respetando la fuerza de su carácter , pero una nueva admiración lo llenaba. De hecho, se entregó a ella.

-Sí.-Contestó.

Alucard levantó su barbilla , la miró a los ojos y la besó. Sus labios eran como cubos de hielo. El escozor del frío tan sólo encendió su deseo, al que ella había obedecido. Devolvió el beso, demandó sus labios, como tratando de robarle fuerza. Se sentó , frente a la mesa, de modo que ella lo montara a horcajadas. Integra enredó su mano derecha en el negro cabello para besarlo. Las manos de Alucard fueron a su espalda y desabrocharon su vestido. Lo bajó desde los hombros. Integra miraba los ojos de Alucard. Eran rojos , como rubíes , como la sangre, poseedores de un lustre fantasmal, inusual. Todo en él era oscuro y misterioso. Quizás por eso se parecían tanto. Él era una aventura prohibida y ella no podía esperar para explorarlo. Alucard movió el cabello rubio hasta sus hombros y le expuso el cuello, fuerte y bien proporcionado. Podía ver la sangre atravesando sus venas. ¡Ah, beber de su cuello otra vez! Integra nunca sabría cuánto placer le había otorgado permitiendo que se alimentara de ella. Pero esa noche, esperaba compensarle esos dobleces en su relación.

Alucard pasó la lengua por su cuello, hasta el borde de su hombro, una y otra vez. Integra gimió ante su tacto. Continuó bajando por su espina. Las profundas cicatrices se habían curado con los años, pero todavía hablaban por sus prácticas de combate. Se arqueó hacia él y dejó la cabeza en su hombro, para que frotara suavemente cada herida.

Alucard acarició su piel. La sostuvo firmemente con su mano izquierda mientras deslizaba suavemente el dedo índice derecho por sus viejas heridas. Memorias , muchos recuerdos en cada una.

Tiene las manos fuertes. Pensó Integra.

Su piel tomaba toda la atención de Alucard. Ella se inclinó hacia atrás , dejándolo trabajar. Él tuvo mucho cuidado con sus colmillos y no dejó que la tocaran. Sensaciones de lujuria y deseo, muchas inactivas y olvidadas , rozaron la superficie como lava hirviendo desde el centro de la tierra. Integra gimió con alegría y pasión cada vez que su lengua la tocó.

Integra se incorporó y vio a Alucard , sus ojos intensos y su traviesa sonrisa. Cesó sus labios y le sacó la capa. Alucard miró cómo Integra lo desvestía .

Le quitó el lazo y el chaleco. Alucard levantó su barbilla y la besó. Integra sonrió y deshizo un botón de la camisa de su vestido blanco. Este juego , de un beso por botón, continuó hasta que su camisa estuvo en el piso, junto a la capa y el chaleco. Resumieron besarse, frotarse ligeramente y explorarse uno al otro.

Desemejante de su piel, la de Alucard era suave y lisa al tacto. Una de las ventajas de ser un vampiro era la capacidad de regenerarse. Aunque él también había peleado muchas, muchas batallas, no tenía ni una cicatriz. Su piel no mostraba signos de saber lo que era una guerra. Integra volvió por sus hombros , bajo su pecho y alrededor de su cintura. Su bien definido cuerpo estaba fresco al tacto. Ella podía oír los suspiros de deseo, cuando lo acariciaba. Integra se acercó a Alucard, dejando que sus cuerpos se tocaran. Jadeó por la diferencia de temperatura entre ambos. Alucard pudo sentir el golpeteo del corazón de Integra , como si fuera el suyo , cada vez más y más rápido. Podía sentir su sangre, acometiendo a través de sus venas. Esto revolvió algo dentro de él, algo que dormía desde hacía más de 300 años. Su lujuria por la sangre comenzaba a re surgir, a despertar.

-¿Desea continuar?-Susurró seductoramente en su oído.

-Oh, sí.-Contestó ella.

-Entonces , pienso que debemos movernos a su dormitorio.

Alucard la tomó en brazos y desapareció.

De repente , la piel de Alucard empezó a quemarse. Él miró hacia la ventana y gimió con molestia. El sol se había levantado e intentaba destruir todo lo que él había hecho. Alucard fue hasta la ventana , protegiéndose en las sombras, y las corrió.

-No, hoy no. Hoy me conducirá a tu lado.

"Everything you are. Everything you'll be. Touches the current of love, So deep in me. Every sigh in the night. Every tear that you cry. Seduces me. All that I am and All that I'll be; Means nothing at all, If you can't be with me. Your most innocent kiss. Or your sweetest caress,

Seduces me. I don't care about tomorrow. I've given up on yesterday. Here and now is all that matters. Right here with you is where I'll stay. Everything in this world. Every voice in the night. Every little thing of beauty, Comes shining thru in your eyes. And all that is you becomes part of me too, 'Cause all you do seduces me. And if I should die tomorrow, I'd go down with a smile on my face. I thank God I've ever known you, I fall down on my knees, For all the love we've made.

Every sigh in the night. Every tear that you cry. Seduces me seduces me. All that you do , .. Seduces me."

Integra no dijo nada porque estaba totalmente desviada. Alucard sonrió por Integra, totalmente exhausta de éxtasis. La dichosa sonrisa en su cara , era una recompensa. Ella era una mujer fuerte. Había sobrevivido su lujuria por la sangre. Besó sus labios suavemente , mientras ella dormía.

Ahora protegido del sol, Alucard volvió al lado de Integra. Resbaló dentro de su cama y la tomó por encima de sus brazos. La sostuvo cerca suyo. Sintió su cuerpo excesivamente caliente para él. Había sido tan frío, durante tanto tiempo. No sabía por qué no había dicho antes lo que tenía que decir para que fuera real.

-Te amo, Integra Hellsing. Y prometo que nunca te traicionaré.

Placenteramente cansado y agotado en definitiva , Alucard dejó que el sueño lo reclamara.

[FanFic]-[El Cumpleaños 38 de Integra]-[Cap.3]

Mouse caminó hasta Sir Evans Junior y le pidió disculpas.

-Lo siento, joven Evans-Interrumpió cortésmente.-Sir Hellsing quiere tener unas palabras en privado con usted.

-¿En verdad¿Y en privado?-Preguntó.

-Vaya, Charles.-Lo alentó Sir Wright Junior.-Quizás te ha elegido.

-Nah, no Integra.-Dijo Sir Jeffery Jr.- Ella no es del tipo que toma esas decisiones tan rápido.

-Joven, ella lo espera.-Le recordó Mouse.

-Sí, Charles. Ve. Es descortés hacer aguardar a una dama.-Rió Sir Island Jr.-Si pierdes el barco, se irá en mi yate...

Sir Evans Jr. se disculpó y acompañó a Mouse. Ella abrió la puerta para él y señaló hacia donde estaba Integra, sentada en un sofá, esperando. Integra Hellsing era una mujer muy hermosa. Era una vergüenza que tuviera que matarla; pero sabía que solo podía haber un Amo en Hellsing. Por lo menos conseguiría algo bueno durante sus intentos... ¿Quién sabía cuánto tomaría embarazarla? Sería divertido intentar.

-Sir Integra Hellsing.-Saludó con un arco pronunciado.

La mujer se puso en pie, para hacerle frente.

-Sir Charles Evans.-Le reconoció cortésmente.

Mouse los miró hablar desde las sombras mientras esperaba su señal. Comenzó una conversación cortés; preguntas sobre su familia y su trabajo, gustos y aversiones. Entonces llegaron las preguntas acerca de su lejano futuro juntos. Repentinamente, Integra hizo la pregunta que Mouse esperaba.

-¿Qué haría, Sir Evans, si un vampiro lo atacara¿Podría proteger a la gente de Inglaterra contra las fuerzas del mal?- Preguntó seriamente, mientras Mouse se materializaba, como niebla desde el balcón y descubría sus colmillos, mientras gruñía anomalísticamente.

Integra sonrió. Mouse usaba un vestido blanco, que fluía bajo sus pies, rozando el suelo con el cabello largo y castaño a sus hombros. Levitó contra la imagen de la luna. Digna de una película de horror.

-¡Santa Mierda!-Exclamó Sir Evans Jr. saltando del sofá.

Mouse entró flotando, pareciendo pálida y trágica, con el rojo brillante quemando sus ojos, acercándose al hombre contraído de miedo. Él trató de correr hacia la puerta, pero Mouse se desapareció y re-apareció frente a ella. Tragó en seco y trató de buscar alguna solución.

-Mhhhhh...¿Qué tenemos aquí? Cena y postre...-Susurró, mientras flotaba en torno a Integra y hacía arañazos fingidos, como intentando matar al Joven Evans.

-No me come hasta después de la cena...-Dijo tembloroso, moviéndose hacia atrás.

-Ah, de su cena...-Mouse sonrió.-¿Ella era el postre?

-Sir Integra, haga algo.-Suplicó Evans.

Integra le ofreció el arma de Mouse.

-Tienes que matarla.-Pidió.-Antes de que mate a otros.

-¿Qué¡Yo! No. ¿No hay soldados para eso?-Balbuceó estúpidamente.

-No aquí. Usted es el único.-Dijo Integra, con firmeza.

Sir Evans miró el arma. Esto no podía estar sucediendo. Como Amo de Hellsing, el podía pedirle a otros que lucharan y mataran por él. Nunca supuso que ese puesto precisara que también él peleara y muriera.

-No, debemos escapar.- Dijo, ahora sacudiéndose.-Hay que advertir a los otros invitados.

Integra lo miró, mientras que él miró a Mouse, parada prácticamente en su cara. No lo había atacado todavía y él ya había mojado sus pantalones. No era tampoco demasiado brillante, aunque eso pudo haber sido por el miedo; ni siquiera se había dado cuenta de ello.

Sir Hellsing guardó el arma y sacudió su cabeza.

-Mi esposo debe tener un temple fijo.-Dijo sentándose en el sofá.-Mátalo.

-¡¿Qué?!-Sir Evans Jr. exclamó, mirándola fijamente.- ¡Eso significa que es uno de sus vampiros!

-Era una prueba y usted falló.-Anunció.-Mouse, es todo tuyo.

La chica saltó sobre el Joven Evans y clavó los dientes en su cuello. Él intentó gritar, pero paró drásticamente, quedando inmóvil mientras imágenes de sangre y muerte desfilaban ante sus ojos.

-Suficiente, Mouse.-Pidió Integra.-Déjale algo de cordura.

Ella se detuvo y volvió a transfigurar el vestido en su uniforme .

-¿Lo arrojo afuera, con la basura?-Preguntó suavemente, con una mueca malvada.

-Déjalo en un cuarto vacío. Pensará que fue un sueño inducido por el alcohol. Además, no quiero que hable con los otros aún.

-Si, Ama.-Concordó Mouse, cargando el cuerpo al hombro.

-Tráeme al siguiente, cuando termines con él.-Ordenó Integra, sonriendo cuando pensó en lo que restaba de la noche.

Así fue pretendiente tras pretendiente. Integra y Mouse se deshicieron de los cobardes. Pero los ganadores del primer round tenían que hacer frente a algo más.

-¿Qué!-Gritó Sir Wright Jr.-¡Quiere que firme un pre-nupcial!

-Sí.

-¡Es absurdo¡Tengo mi propia fortuna¡¿Por qué desearía la suya!-Gritó aireadamente, apaleado por la idea de que lo considerara un saquea-tumbas.

-No, usted tiene el dinero de su padre. Heredará todo cuando él muera. Ese dinero permanecerá en su familia. Con este acuerdo, mi dinero permanecerá en mi familia y mis niños lo administrarán.-Confirió Integra.

-¡Cree que no me encargaría de NUESTROS hijos!-Estalló.

-Creo que no puede cuidar de usted mismo, menos de mis hijos o de mi Organización.-Contradijo con rabia.

-¡Al diablo con usted, con su Organización y con su pre-nupcial!-Gritó Wright, como una tormenta, azotando la puerta.

Integra se sentó , tratando de relajarse, cuando Mouse apareció y le tendío un cigarro.

-Aquí, Ama. Pensé que podría necesitar esto.-Le dijo, sentándose a su lado.

Lo tomó, agradecida y la chica lo encendió. La nicotina comenzó a relajarla.

-Leíste mi mente, Mouse.-Se sonrieron, suavemente.-Tenías razón. Solamente Sir Scarlett y Sir Wellington pasaron ambas pruebas.-Juzgó al fin.

Mouse miró hacia la puerta. Podía oírlos y casi verlos venir.

-No han terminado aún, Ama.-Dijo, poniéndose en pie de un salto, tomando la posición de guardia entre Integra y la puerta, que se abrió , como azotada por una tormenta: Los Caballeros y sus hijos rechazados.

-¡Integra Hellsing!-Comenzó Sir Island.-¿Qué significa todo esto¡Le pidió a mi hijo un acuerdo pre nupcial!

Mouse hizo aparecer una espada y amenazó con ella al aire, dando a entender lo que pasaría si se acercaba. Sir Integra no habló ni se inmutó hasta terminar su cigarrillo. Sólo entonces, apagó la colilla y se cruzó de brazos, para esperar acusaciones.

-No es un soldado cualquiera¡Es el mismo demonio y trató de matarme!-Chilló Sir Morse Jr.

-¿Es todo¡No es nada¡Ella me violó!-Demandó con el puño en alto Sir Milton Jr.

-¿Qué!-Exclamaron los otros.

-Kalle.-La llamó Integra.

-¿Si, Amo?-Asintió sobre su hombro, sin dejar de mirarlos.

-¿Lo hiciste?-Preguntó sin demasiado interés o cuidado.

-No, Ama.- Hizo una mueca traviesa.-Se lo sugerí por hipnosis, mientras dormía "por el licor" y lo creí justo. Si después de todo iba a hacerle lo mismo a usted, pensé que debía sucederle primero.

Sir Milton Jr. se ruborizó con fuerza y empezó a inflarse indignado.

-¡Yo nunca...!-Empezó a gritar sin aire, antes de que Mouse lo interrumpiera suavemente:

-Eso no es lo que dijo a su padre.

Se rió con malicia.

-¡Es intolerable! Sir Integra, se supone...-Comenzó Sir Milton.

-Que elija un esposo.-Acabó la frase, mirándolo con odio.-Y ya que es mi única opción, elegiré un hombre que se adapte a mis necesidades. Debe ser valiente e íntegro. Y por sobre todas las cosas, debe poder manejar la Organización PARA MÍ, SIN pensar en tratar de USURPÁRMELA.

Sir Wellington había oído suficiente. Trató de ir hacia ella, de hablar "cara a cara" pero Mouse se lo impidió.

-¡Quítate de mi camino, sirvienta! Sabes cuál es tu lugar.-Le gruñó.

-¡Yo lo sé!-Replicó, aterradoramente.-¿Sabe usted el suyo?

-¿Cómo te atreves? Soy Sir Albert Wellington, hijo de Sir Edward Wellington , el Consejero de la Reina en la Mesa Redonda. ¿Y tú quién eres?-Declaró con toda su presunción.

-¿Yo? No soy nadie.-Contestó orgullosa con una sonrisa quebrada.- Nací en un orfanato de nadies. Sir Integra Hellsing arriesgó su vida para salvarme cuando los vampiros lo atacaron. ¿Dónde estaba usted? Ella me salvó y me dió un nuevo hogar. Me confía todo lo que tiene, incluso su vida. No hay nada que no haría por ella. ¿Puede usted decir lo mismo?

Sir Wellington comenzó a decir algo, pero Mouse lo interrumpió.

-Usted nunca mira a la gente que está por debajo, como yo. Se le olvida que esa gente sirve el vino en su copa y prepara su comida. Usted y todos los que son como usted, declaran su importancia para el mundo y después olvidan agradecer por lo menos una vez a quienes deben la vida.-Y recalcó.-¡Si uno de ustedes quiere a mi Ama como esposa, deberá pasar sobre mí antes!

Mouse los había desafiado. Integra esperaba para ver quién daría un paso adelante, si es que alguno se atrevía. Nadie se movió, tal y como lo esperaba. Sonrió por dentro. Tenía buenas razones para hacerlo. Una mentira espectacular, tanto que le costaba no creerla. Sacudió su cabeza.

De repente, alguien se abrió paso al frente. Sir James Wellington Jr.

-Lindo discurso.-Dijo, mirando a Mouse, cuyos ojos lo enfocaban desde que había empezado a moverse.

-Entonces, si quiero a Integra, tengo que pasar sobre ti ¿Verdad?-Blandió su propia espada. Mouse arqueó las cejas y lo imitó.

-Derróteme y podrá tenerla.

-¿Reglas?

-Si la ama de verdad, no dejará que nada lo detenga.-La chica hizo una mueca.

-Bien. Sin reglas.-Él sonrió.

James avanzó contra Mouse y empezó el combate.

-¡Están enfadados!-Gritó Sir Jeffery.-Pare esto de inmediato.

-Integra.-Llamó Sir Scarlett Jr.-¿No hará nada al respecto?

-No.-Contestó, mirando atentamente el combate.

Los demás Caballeros y sus hijos se retiraron a su manera, intentando no recibir puñaladas. James y Mouse esquivaban, paraban, se empujaban y arremetían otra vez. De pronto , James fue contra la puerta. Tenían las espadas cruzadas y pudo distraerla, empujándola al suelo. Mouse lo miró y se limpió la sangre del labio inferior.

-Bien, muy bien.-Sonrió.-Hora de la verdad.

Se sacó la chaqueta del uniforme y , al igual que James, se arremangó la camisa. Con más comodidad, siguieron tomando territorio del salón de fiesta. Los demás invitados gritaron y huyeron a medida que los notaron.

Aunque fuera un combate simple, pelearon como si se odiaran. Mouse lo superó. James intentó derribarla. Ella giró y lo golpeó en la espalda. James cerró los dientes y giró otra vez, tomando aire. Se deslumbraron mutuamente y sonrieron.

-Estamos iguales.

-Sólo por decir eso, cuando Integra y yo nos casemos, duplicaré tu paga.-Bromeó James.

Mouse levantó una ceja y él avanzó otra vez. Continuaron, espada a espada. De alguna forma , La Reina supo de esto, porque llegó a verlos combatir arduamente. La chica pudo verla por el rabillo de su ojo y decidió acabar de una buena vez. Tomó la espada de James y le dió un puntapié en el estómago. Él se dobló de dolor y entonces ella lo pateó en la cara, con la rodilla. Cayó al piso y Mouse puso un pie su pecho para indicar la victoria. Lo miró fijamente, colocando la espada en su garganta.

-¿Como en sueños?-Preguntó.

-No, pero quizás consideraría cambiar algo en ellos.-Contestó con una sonrisa.

Mouse fue hasta su rodilla y le susurró:

-Pues nunca incluya mi trasero…-Ella hacía muecas, seductoras.

-¿Qué significa ésto?-Interrumpió La Reina, alterada por el sonido de las espadas en su palacio.

Todos se inclinaron ante su Majestad. Ella caminó hacia ellos y levantó una ceja de "Tendría que haberlo sabido".

-Sir Hellsing, explíquese.

-Kalle, mi guardaespaldas, me ayudaba a escoger pretendientes.-Informó Integra.

-¿Matándolos?- Preguntó La Reina.

-No estoy muerto aún, Su Majestad.-Gimió James mientras Mouse lo ayudaba a levantarse.

-Entonces¿Ha elegido?

-Reduje la lista a dos Caballeros, Su Majestad.-Anunció Sir Hellsing.-"Sir William Scarlett y Sir James Wellington.

Ambos hombres dieron un paso adelante con sus nombres.

-Bien, Integra. Elige uno.

-Caballeros, he preguntado mucho esta noche. Ahora, les daré la oportunidad de hacer las preguntas. Tres cada uno.-Anunció.

Para no ser opacado por Sir James Wellington, Sir William Scarlett dió un paso adelante y habló primero.

-¿Dirá absolutamente toda la verdad?-Preguntó.

-Sí. Tiene mi palabra como Caballero y esa ha sido su primera pregunta.

Mouse levantó una ceja cuando el padre de William se quejó de que Integra que era injusta. Pero él continuó.

-¿Será fría y distante, incluso luego de que nos casemos?

-No si prueba que puedo confiar en usted. Puede ser un matrimonio, pero continúa siendo una unión dispuesta entre dos partes y que puede ser "beneficiosa" para ambas.

Ella no quiso decir que amaba. No podía decir esa palabra. Estaba segura de que podrían vivir juntos, pero sospechaba que nunca podría amarlo.

-Mi última pregunta , entonces, es ésta¿Cambiará y será una joven esposa , algo más apropiada? Después de todo, será madre algún día. ¿Es así como criará a nuestros hijos?- Preguntó, ásperamente.

Integra lo miró y fingió considerar la pregunta.

-¿"Una joven esposa, algo más apropiada"? Mhhh... Es un asunto de mi trabajo, lo considero parte de mi familia. La respuesta es "No". No, no cambiaré... Por cualquier hombre. En cuanto a nuestros hijos, serán criados correctamente, para llevar adelante mi Organización.

Mouse podía ver a la gente sacudiendo la cabeza ante las respuestas de Integra. Había oído sus pensamientos.

Ella es tan fría. No tiene ninguna emoción femenina.

Por sus respuestas, adivino porqué la gente la llama la Reina del hielo.

Lo siento por la pobre alma que se case con ella.

El turno de James.

-Sir Hellsing...-Comenzó.-Si me convierto en su esposo, usted aquí y ahora¿Puede prometerme...

Con tal principio, la gente contaba con una pregunta muy importante.

-... Que nunca tendré que dormir en el sofá si se enoja conmigo?- Acabó, con una mueca traviesa.

Mouse intentó no reír. Falló cuando ella vio caer las quijadas de toda esa gente. Por esa pregunta, lo juzgaron.

-Bien...Es estúpido pedir algo así.

-De todas las cosas que él hubiera podido preguntarle.

-Yo nunca hubiera hecho una pregunta tan ridícula.

Integra fue tomada por sorpresa, pero contestó con la frialdad del hielo.

-Si me hace enfadar, no tendrá que preocuparse de dormir en el sofá. Pero debería decidir qué diseño preferirá, de antemano, para su ataúd.

James sonrió con la respuesta y después hizo la segunda pregunta.

-Si no me caso contigo...-Miró a Mouse, no a Integra.-¿Puedo pedirle su número telefónico a su guarda-espaldas?

Los espectadores, jadearon por tal astucia. ¿Cómo se atrevía , un hombre casi comprometido, a pedirle a otra mujer, delante de su futura esposa...Su número telefónico? Sin embargo, a Integra no parecía importarle. Miró a Mouse, que intentaba parecer inocente.

-Puede tenerlo, si no lo elijo. ¿Está bien para tí, Kalle?

-Espere un momento...- Rabió minuciosamente Sir Wellington, insultando por debajo a su hijo.-Sir Hellsing ¿Qué...?

-Cierra la boca, papá, todavía no acabo.-Lo regañó James.

Integra levantó una ceja . Era la primera vez que veía a un hijo responderle de forma tan rígida a su padre. Entre los Caballeros, James era su hombre. Punto a favor.

-¿Su tercera pregunta?

James volvió su atención a Integra. Se acercó a ella.

-¿Me perdonaría?- Miró fijamente a sus ojos.

-¿Por qué?

-Por esto.

Repentinamente, James asió a Integra por la cintura, la atrajo hacia él, le robó un beso. No solamente Integra, toda la corte se sorprendió de sus acciones. Ella iba a darle una bofetada, respuesta-reflejo; pero él había anticipado eso y bloqueó ese intento. James bebió profundamente de sus labios. Si lo mataría por eso, quería que valiera la pena. Pero pronto, el beso terminó con Integra alejándose bruscamente.

James sonrió como respuesta.

-Kalle.-Llamó a Mouse, una vez que Integra volvió a sentarse.

-Sí, Sir Wellington.

-¿No dijo usted que mataría a cualquier hombre que pusiera una mano sobre su Amo?-Preguntó lentamente, mientras tomaba la mano izquierda de Integra y la besaba.

La chica se rió de su inteligencia, pero sacó su arma y lo señaló.

-Exactamente.-Dijo ella, mientras amartillaba.

El cuarto entero contubo la respiración. Sir Wellington hizo ademán de enfrentar a Kalle, pero Sir Hellsing habló antes de que fuera necesario:

-Suficiente. James ganó.

-Sí, Amo.

-Kalle, nos ha derrotado.-Confirmó.

-¡Sí!-Exclamó animado Sir Wellington Jr., viéndose un paso más cerca de la Organización de Hellsing.

Sir Wellington dio a su compañero Caballero un asentimiento. Apenas recordaban la apuesta, cuando La Reina habló:

-Bien.-Los invitados respiraron hondo.-Sir Integra abrirá sus regalos y luego tendremos pastel.

Suspiro general.

En el salón , James miró como todas las invitadas comentaban su galantería. Más no dejó de ver a Mouse. Hubiese ido a hablarle, si su padre no lo hubiera tomado por el cuello , empujándolo a un círculo de invitados demasiado cercanos.

-Buen trabajo, mi muchacho.-Lo elogiaba una y otra vez.

Cuando se vació la primera sala, Mouse desapareció, para re aparecer tras Integra, como si hubiera estado allí todo el tiempo. Nadie notó esto, demasiado interesados estaban en los presentes y en la expresión de Sir Hellsing ante cada uno.

-Un collar.-Anunciaba, por ejemplo, sosteniéndolo alto, para que todos lo vieran.

-Un diamante esmeralda.-Corrigió con orgullo Sir Michael Kensington Jr.

Por dentro, Integra suspiró pesadamente. Allí no había nada que en verdad fuera a usar. Regalos para una dama, o viajes demasiado exóticos, u alguna otra cosa que las mujeres "normales" adoraban. Pero no ella. No era nada normal y cada regalo demostraba lo poco que la conocían. Y entonces lo vio. El último regalo. Mientras que los otros estaban envueltos en papel brillante, felices y ostentosos, aquel no lo era. Integra lo tomó y lo miró cuidadosamente. Era una larga caja rectangular. Envuelta en negro y con un lazo rojo sangre. Cuando entendió, sonrió.

-Lo hizo con su propio lazo.-Musitó.

-¿De quién es?-Preguntó alguien.

-No hay tarjeta.-Aclaró Integra.

-Oh, un regalo misterioso.-Rió alguien más, entre dientes.

-Bien entonces, ábralo.- La impulsaron los otros.

Integra abrió la caja y sus ojos salieron de sus órbitas por la sorpresa y el placer. ¡Al fin algo que podría usar y disfrutar! Tomó el arma de la caja y la acarició cariñosamente. Estaba hecha a mano y era buena. Tanto detalle era hermoso.

-¿Y bien, qué es?-Una voz más, preguntó.

Integra lo enseñó y sonrió aún más cuando vió el asombro caer sobre sus rostros. Sabía que no lo aprobarían.

-¿En el nombre Dios, quién le daría a un muchacha un arma por su cumpleaños?-Comentaron algunos murmullos.

-No cualquier arma: es un rifle de caza , Ferlach. Es uno de los más raros del mundo. Cada parte de él se hace a mano totalmente. Toma años crear tan solo uno de éstos. Y no es cualquier Ferlach, es un estupendo luxe.

-Hay algo escrito en él. -Precisó un invitado.

-Díganos qué es.-Pidieron otros más.

Sir Wellington tomó el arma de Integra.

-No está en inglés.-Declaró.

-Es Rumano.-Integra aclaró.

-¿Y qué dice?-La desafió.

-"Un arma con un perno de leña es inútil. Al igual que yo sin usted."- Integra dijo, deslumbrada.

-Oh, es romántico.- suspiró Lady Cooed Smyth.-En una forma "militar", es romántico.

-¿Es todo lo que dice?-Preguntó Sir Hipwood.- Son muchas líneas para una sola frase.

Integra no iba a mencionar el resto, porque sabía que se escandalizarían, pero puesto que fue lo que pidieron:

-"Y según cuantas balas haya en éste rifle, llenaríamos nuestra casa de niños."-Recitó.

-¿Hay algún compañero muy cercano a usted¿Nadie sabe quién será el amigo misterioso de Sir Integra?-Preguntó Sir Drake, lleno de curiosidad.

Los ojos de Sir Wellington se posaron en Integra. Él sabía de quién provenía ese regalo, tanto como ella.

-¿Cuántas balas tiene?

Integra manipuló el rifle y tres cayeron hacia fuera.

Lady Rogers contó.

-Su hombre misterioso quiere tres hijos.

-Miren, dos azules y uno rosa.-Lady Smyth.- Él quiere dos hijos y una hija.

-Integra¿No nos dirá, quién es?

-¿Alguien de la corte?

-¿Es un hombre del trabajo o de su tiempo libre?

Integra hizo una mueca.

-Es un hombre que sabe lo que desea su Señora , en verdad.- Dijo Integra.

-¿Y usted desea rifles?

-No, deseo... Ser única.- Integra sonrió.

Se puso de pie.

-Kalle.

-Sí, Amo.-Mouse dijo, llamando la atención desde la sombra.

-Es tarde, hay trabajo mañana.

-Sí, Amo.

Integra dejó que los invitados la repudiaran por abandonar la velada y todos sus presentes, salvo uno: El rifle.

-Su majestad...- Se inclinó.-Ha sido una noche maravillosa. Gracias.

La Reina pudo sonreír y sacudir la cabeza.

-Es agradable oírlo de usted, Sir Hellsing . Felicitaciones por su compromiso con Sir James Wellington. En dos días, haremos los avisos formales.

-Sí, su Majestad.

Se fue.

-Corríjame si esa mujer no es más extraña de lo que ella misma quisiera ser...-Comentó Sir Boxby.

Mientras que se iban, Mouse silbó y la música comenzó.

- ¿Qué fue eso?

-Mi regalo de despedida a sus pretendientes.-Explicó Mouse.

"Sitting on a bar stool Acting like a dern fool, that's what I'm a doin' today. I'm sittin' here drinkin', Tryin' to keep a thinking I'm crusin' my troubles away. Well now I couldn't make her stay.

Well dog gone her anyway. She can't say that I didn't try-hi-hi. Poor me another one I'm finished with the other one. I'm drinkin' my baby Integra goodbye.

Every time we disagree she was always asking me, Are you a man or a mouse? Now that she's gone she probably thinks that I'm home just a moping around the house. She probably thinks that she's the one thing I just couldn't get along without. Well wouldn't this surprise her

I gotta sympathizer as long as these bottles hold out.

Sitting on a bar stool Acting like a dern fool, that's what I'm a doin' today. I'm sittin' here drinkin', Tryin' to keep a thinking I'm crusin' my troubles away. Well now I couldn't make her stay.

Well dog gone her anyway. She can't say that I didn't try-hi-hi. Poor me another one I'm finished with the other one. I'm drinkin' my Integra goodbye.

Every time I tried to sit down and talk with her it always ended up in a fuss. I tried to reason with her right up till the time that she got on that Greyhound bus. It'ad be better if I just forget if 'cuz she sure forgot about me. And if it takes all night I'm gonna do it right. I'm gonna sit here till I can't see.

Sitting on a bar stool Acting like a dern fool, that's what I'm a doin' today. I'm sittin' here drinkin', Tryin' to keep a thinking I'm crusin' my troubles away. Well now I couldn't make her stay.

Well dog gone her anyway. She can't say that I didn't try-hi-hi. Poor me another one I'm finished with the other one. I'm drinkin' my Integra goodbye."

-¡INTEGRA!-gritó Sir Wellington.

James Wellington, por otra parte, no podía parar de reír.

Integra oyó a Sir Wellington gritarle y terminó por sonreír.

-Mouse, es cierto que eres diabólica.- Felicitó.

-Gracias, Amo. Eso intento.-Contestó Mouse, dando muecas de gracia.